Entre esas paredes y ese inmenso espacio verde superaron crisis y la pelean, juntos, cada día. Las mejores fotos de una vivienda de ensueño.
Si fuera cierto que "la plata no hace a la felicidad, pero como ayuda" también debiera serlo que "una casa hermosa no va a resolver una crisis matrimonial grave, pero puede dar una mano". Después de todas las que pasaron, Yanina y Diego Latorre reniventan su amor, cada día, en el marco casi paradisíaco de su hermosa casa llena de lujos.
Esta semana, la panelista más filosa y punzante de la televisión argentina y el ex futbolista cumplieron 26 años de casados. Al mediodía, en LAM, el programa donde brinda las informaciones más calientes del mundo del espectáculo, ella dijo que "ni nos dijimos "feliz día", nada... nos odiamos".
Un rato más tarde, cuando llegó a su casa, la esperaba una sorpresa armada por Diego en complicidad con sus hijos Dieguito y Lola. Los tres viven juntos. Aunque se presente como liberal y de avanzada, lo cierto es que Yanina es una mujer de guardar y respetar las tradiciones. Para ella, su matrimonio y su familia son sagrados.
Al llegar a su casa, además del inmenso jardín con el pasto cortado al ras y la enorme pileta enclavada en medio de ese verde incandescente, Yanina se encontró con un "caminito" armado de pétalos de flores y una serie de regalos que la sensibilizaron. Entonces, lloró y festejó a pesar de que un rato antes había dicho que ese tipo de celebraciones "no me movían un pelo".
Ya más relajada y feliz, Yanina podría haber disfrutado de esa escena impensada hasta hacía un rato en alguno de los luminosos y amplios ambientes de la vivienda. En la mayoría de ellos, pero sobre todo en el living comedor, abunda y domina la decoración deportiva.
Se trata de una reminiscencia de las épocas en las que Diego Latorre se lucía como un volante creativo exquisito. Latorre tenía un estilo tan exquisito y difícil de descifrar con la pelota en los pies que recibió el apodo de "Gambetita". A veces era imposible sacarle la pelota. Brilló en Boca, le fue bien en el exterior --sobre todo en México- y también anduvo por Racing, pero con algunos altibajos. Ya retirado, revolucionó la forma de comentar fútbol por televisión.
Las actividades deportivas, claro, tienen su espacio en la casa. En uno se puede hacer gimnasia, o fierros. Yanina tiene allí armada su rutina para ejercitar el cuerpo. "Está tan bien o mejor ahora que cuando llegó a la tele" dicen aquellos que la conocían desde la época en la que estudió y se recibió de contadora. Hay algunos aparatos, hay mancuernas y hay música.
En general, los colores que gobiernan la escena en la casa de los Latorre son claros y cálidos. La que "metió mano" allí fue Yanina y demostró, según los especialistas, tener buen ojo para no arruinar con una mala elección las cómodas instalaciones. Las tonalidades claras, en general, amplían los ambientes y además ayudan a iluminarlos. Es lo que sucede en esta ocasión.
Sin dudas, la vedette es el espacio exterior de la casa. Sobre todo la pileta, que es inmensa. Los 4, o los chicos con varios amigos, pueden darse chapuzones refrescantes cuando el calor agobia o el sol quema. Hay lugar para todos en esa piscina de dimensiones tan generosas.
En el "verde cesped", mientras tanto, Diego y su hijo pueden despuntar el gusto de jugar a la pelota. Hay espacio de sobra y el pasto está cortado como si allí se fuera a disputar un partido por las eliminatorias mundialistas o la Champions League, dos de las competencias que él comenta mientras el Pollo Vignolo o Mariano Closs relatan.
Yanina labura en Canal 13, cuyo slogan era "Estar en casa es muy bueno". Cualquier similitud con su realidad no es pura coincidencia.