La incorporación de Lío Ferro a La Academia de Showmatch no vino "sola": junto al influencer -que la rompe en las redes, donde suma más de 7 millones de seguidores- también llegó su mujer, la modelo Amira Chediak, que no pisa la pista pero desde un costadito juega un rol fundamental en cada intervención de su marido: sus celos despertaron el interés de Marcelo Tinelli y el paso de comedia va ganando minutos en cada gala.
Las sospechas de la morocha por el accionar de su pareja se lleva tanto tiempo, prácticamente, como las destrezas del actor para convencer a los jurados de que le pongan una buena nota.
Mientras él lleva su cadera de un lado a otro y se atreve a muy audaces trucos junto a sus compañeros de equipo, ella relojea que todo esté "como corresponde" y que su muchacho no encuentre tentaciones que lo puedan desorientar.
Rápido como pocos para encontrar "agua en el desierto" -más allá de que el rating no lo acompaña como en temporadas anteriores- Tinelli advirtió que la historia podía interesarles a los televidentes y se detuvo en esa muchacha de porte importante, ojos que parecen dos cristales, el pelo renegrido y el tono de voz firme y convencido. Ella habló con franqueza y dejó en claro cuál era su función allí.
Nada de "apoyar a mi amor en su sueño" ni de "sostenerlo en su intento de demostrar su talento". Ni ahí. De movida, apenas tuvo un micrófono cerca, Amira dejó constancia de que estaba ahí para marcar a Lío como un zaguero central cuando enfrenta a Messi, por ejemplo.
"Le mandan muchos mensajes por Instagram y eso es peligroso", bramó la joven de origen árabe. Algunos antecedentes le dan la razón: la pista de Showmatch ha sido un hervidero de parejas que se formaron y de otras que se rompieron.
Bajo el lema más vale prevenir que curar, Amira -que está hace 5 años con Lio y tiene una nena con él llamada Roma- se plantó en el estudio y miró con 4 ojos todo lo que sucede.
"Me escriben bastante. De todo, sobre él. Pero hay algunas personas que son como espías y le sacan fotos y me muestran lo que está haciendo, me cuentan todo”.
De inmediato se le planteó una duda: ¿Cómo asegurarse que "no pasa nada" en los ensayos, o en los momentos en los que ella no pueda estar presente? La modelo agudizó el ingenio y se armó una "red de espías" que le cuentan todo lo que pasa cuando ella no está.
"Me escriben bastante. De todo, sobre él. Pero hay algunas personas que son como espías y le sacan fotos y me muestran lo que está haciendo, me cuentan todo”, dijo ella, un poco más tranquila porque tiene sus informantes.
Cerquita estaba él, con cara de pobrecito y actitud de yo no fui. Es que ya sabe: si la jermu lo engancha en un renuncie, se le arma un lío...
