Rocío Oliva fue uno de los grandes amores de Diego Maradona. No solo la mujer que lo acompañó hasta un año y medio antes de morir sino con la que estuvo a punto de casarse.
Y más allá de que en los últimos meses de vida del ídolo futbolero ya no se hablan por teléfono ni se veían, muchos indican que el “diez” la seguía amando, que continuaba enamorado de ella.
Juntos compartieron un largo tiempo instalados en Dubai donde, prácticamente, uno se tenía solo al otro, si se trata de vínculo sentimental.
La rubia se llegó a probar el vestido de novia que usaría para dar el sí ante el ex DT de Gimnasia como así también, en una montaña rusa de situaciones, estuvo a punto de ir presa, cuando él la acusó de robo.
Cara a cara, perfil a perfil, sonrientes, con la mirada de uno depositada en los ojos del otro, es una postal de las mejores épocas de la pareja.
Tires y aflojes, momentos lindos y otro no tanto, viajes de ida y de regreso a Argentina, compartir con Diego Junior y Jana, los últimos hijos que reconoció Diego, fueron algunas de las cosas que compartieron juntos.
Y el último 26 de noviembre, Rocío se acercó a Casa de Gobierno para “darle un último beso” a quien fue su pareja durante seis años y con quien mantenía un conflicto judicial por compensación económica.
Pero no pudo ingresar, tal cual ella misma aseguró que hubiese sido el deseo del referente deportivo. Y se quedó con el último Adiós entre las manos.
Oliva decidió cambiar su foto de perfil de WhatsApp. Y poner una imagen que, más allá de lo que publicó en su cuenta de Instagram, habla por si sola.
Quizá, por eso, y a modo de “homenaje”, Oliva decidió cambiar su foto de perfil de WhatsApp. Y poner una foto que, más allá de lo que publicó en su cuenta de Instagram, habla por si sola.
Cara a cara, perfil a perfil, sonrientes, con la mirada de uno depositada en la mirada del otro, es una postal de las mejores épocas de la pareja, donde el amor, como diría Alejandro Dolina, “está en el aire”.
