Días atrás, Sabrina Rojas reveló que luego de varios intentos por recomponer la relación, decidieron separarse con Luciano Castro: para que sea en buenos términos, de la mejor manera y pensando en desbloquear situaciones que solos no podían recurrieron a terapia.
Sin dudas, acudir a una especialista bien les valió para el vínculo ameno que hoy mantienen donde incluso pueden compartir trabajo y aceptar las nuevas parejas de ambos. Sin embargo, hubo un punto que según la actriz no resultó tan fácil de manejar a la hora de divorciarse: sus hijos Fausto y Esperanza.
"Al principio, no lo tomaron bien. Tratamos de que todo sea de la forma más hermosa posible, de que se den cuenta de que no nos separamos como familia y de que nos vean juntos en la cotidianidad. Hay semanas que nos cuesta más”, explicó Rojas en diálogo con revista Gente.
Y en cuanto al malestar que la ruptura y separación significó para sus hijos, al menos en los primeros tiempos, Sabrina continuó: “Fácil no fue porque son niños muy chiquitos, es un proceso de acompañarlos y hacerles entender que todo está bien".
"No te niego que de vez en cuando alguno dice que nos quieren ver juntos y está bien, no es normal que no demuestren sentimientos. Cuando sean grandes lo van a agradecer. Seguir por la familia no tiene sentido", reconoció la actriz que se presenta en el teatro con la exitosa obra Desnudos.
"En una pareja todo se puede reparar menos cuando no hay pasión", cerró Rojas quien luego de casi una década junto a Castro y dos hijos en común decidieron en común acuerdo separarse y mantener la mejor relación posible resguardando a sus hijos.
Y si bien los actores ya no están juntos, e intentan manejar de la mejor manera la nueva vida sentimental de cada uno, tanto Esperanza como Fausto ya están al tanto de que su mamá está en pareja con Tucu López y que su papá sale con Flor Vigna.
"Al principio no lo tomaron bien. Hay semanas que nos cuestan más. De vez en cuando alguno dice que nos quieren ver juntos", contó la actriz.
