Wanda Nara tenía previsto llegar al país para mediados de mes y compartir la Fiesta de Pascuas con su hermana Zaira y su mamá, Nora. Pero los planes de la empresaria se adelantaron por un particular motivo: acompañar a la modelo en su difícil presente sentimental.
Wanda armó las valijas rápido y cuando estaba en el aeropuerto parisino le envió una foto a su familia de que ya estaba en camino. Para Zaira, la inesperada visita resultó un verdadero bálsamo. Porque encontró refugio en los brazos de su también amiga y comenzó un proceso que tenía pendiente.
Porque la modelo atraviesa un momento especial con Jakob Von Plessen, el papá de sus dos hijos y su marido con quien, en un futuro, anunciarían la ruptura del vínculo. Y aprovechó la presencia de la manager en Argentina para mudarse, aunque sea por un tiempo, a su casa.
Como Wanda está viviendo en la casa de Nordelta que le dejó Maxi López, su piso en el glamoroso Edificio Chateau, sobre Avenida del Libertador, está libre. Y Wanda se lo ofreció y le prestó a Zaira para que se instale allí.
Y eso fue justamente lo que hizo Zaira. Con sus hijos se fueron al departamento ubicado casi enfrente a la cancha de River y se llevó una parte importante de sus pertenencias y la de los chicos. Ahora, Zaira no sólo está viviendo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sino también a pocas cuadras de la casa de su madre.
Sin duda, a partir de ahora, para Nara empieza una nueva vida que, en principio, ya tiene un "techo" asegurado donde quedarse con su pequeños nenes, Malaika y Viggo, en plena corazón de Capital Federal.