No busquen más. Ninguna frase será más ajustada a lo que pasó hoy que "fue un estricto acto de justicia". Después de remar y transpirar la camiseta durante muchísimos años aportando información picante y caliente y opiniones fuertes y arriesgadas, Marcela Tauro pudo conducir Intrusos por primera vez en casi 20 años dentro del emblemático programa de chimentos. ¡Merecido y emocionante!
A las 15:45 las puertas se abrieron y Tauro ingresó, sonriente y feliz, al estudio. También muy elegante, adentro de un sobrio pero a la vez sensual vestido entre blanco y clarito con escote importante y que le caía sobre las rodillas. Los zapatos iban al tono y llevaba el pelo suelto. La música sonaba estruendosa y el locutor Héctor Rossi la presentó como "la más Intrusa de todos, la histórica, la que más sabe del espectáculo argentino, nuestra Marcela Tauro". Delante y detrás de cámara y en millones de casas lo celebraron.
"¡Es un día especial porque me tocó!" gritó Tauro apenas la música bajó un toque su intensidad, ante el aplauso y la felicitación de todos sus compañeros. "Le mandamos un beso a Flor, que en este momento está en el Uruguay, y vamos a intentar no hundirle el barco, je... Lo que vamos a hacer es divertirnos, informar y pasarla bien, como hacemos todos los días", corrigió rápidamente. En su mano derecha llevaba un rosario, algo que también destacó. Después, presentó su vestimenta y contó que "Mirtha dice que las divas se visten de blanco. Yo no voy a ser una diva, pero hoy lo voy a sentir". Después presentó los temas y fue a sentarse junto al panel para hacer la primera nota, a su compañero de radio Guido Kaczcka.
Tauro tuvo su chance por una ausencia de Florencia de La Ve, actual conductora del ciclo. Muchas veces, desde los mismos medios y también en las redes sociales, sus colegas y la gente habían reclamado una oportunidad para ella, pero por "hache o por Be" las autoridades de América se habían inclinado, siempre, por otros integrantes del panel (Pallares y Lussich, por ejemplo) o por figuras ajenas a la mesa más caliente de la tele: alguna vez se convocó a Moria Casán, otras a Marcelo Polino y hace un puñado de semanas se llamó a Alejandro Fantino, quien está próximo a despedirse de América.
Tauro es una histórica de Intrusos, y si bien no formó parte del "primer equipo", una vez que desembarcó en el programa, liderado en ese entonces por Jorge Rial y Luis Ventura, se transformó en una de sus "jugadoras más importantes". Sus aportes resultaron claves y determinantes para desentrañar "mil historias faranduleras" y convertir al ciclo en uno de los más recomocidos y duraderos de la televisión argentina.
A lo largo del tiempo, la periodista protagonizó momentos muy recordados del ciclo, tanto por aportar "data de la buena" en un montón de casos pero también por envolverse en fuertes discusiones y enfrentamientos con sus conductores. Una vez que la batuta estaba en manos de Ventura se levantó y le gritó "por qué no te vas a la mierda". Otra vuelta, por negarse a revelar una fuente en una nota del "Caso Mulhberger", se distanció de Rial y terminó afuera del programa, al que volvió tras la renuncia de JR. Con el presidente de Aptra recompuso el vínculo, pero con el actual conductor de Argenzuela no. Se supone, sin embargo, que ambos -y todos los que la conocen- habrán celebrado la merecida oportunidad que tuvo hoy.
