Así fueron las últimos días de Diego Maradona: tristeza, encierro, desgano y descontrol médico – Revista Paparazzi

Así fueron las últimos días de Diego Maradona: tristeza, encierro, desgano y descontrol médico

Extrañaba mucho a los padres, pero sobre todo a la mamá. Dos fechas lo sacudieron emocionalmente: el cumpleaños y el aniversario de la muerte de Doña Tota.
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Hace exactamente un mes el mundo se detuvo. Se apagó. Y al rato se largó a llorar, sumido en un sentimiento de angustia y depresión del que aún le cuesta salir y recuperarse. Un par de sentimientos que, de acuerdo a todas las reconstrucciones, transitaba también Diego Armando Maradona en los días que antecedieron al de su muerte, el miércoles 25 de noviembre.

La palabra que mejor define al estado anímico del 10 en la semana y media que pasó en la casa del barrio San Andrés, en Benavidez, al norte del conurbano bonaerense, es triste. Maradona no la estaba pasando bien. Tenía muchos impedimentos físicos y una pesadumbre espiritual que lo habían tirado al pozo.

Cuentan que hubo dos fechas que demolieron su ánimo. El 30 de octubre, su cumpleaños, porque no pudo reunir a sus hijos. Y el 19 de noviembre porque se cumplieron 9 años de la muerte de su mamá, a la que extrañaba horrores.

Aquellos que conocieron de cerca sus pasos -y no sólo en esta época, sino en muchas de las anteriores- ubican dos fechas clave para el pronunciado bajón en la autoestima del mejor de todos los tiempos. La primera es conocida por todo el mundo y fue pública y notoria. Se trata del 30 de octubre.

EL DOCTOR LUQUE Y DIEGO DESPUÉS DE LA OPERACION EN LA CABEZA. EL MEDICO ESTA EN EL OJO DE LA TORMENTA.

Maradona había soñado juntar a sus 5 hijos el día que cumpliera 60 años. Pero fue imposible. Por distintos motivos -entre ellos viejas diferencias- no hubo encuentro ni nada que se le pareciera. Ese día, para colmo, Diego terminó dando una imagen que pocos querían ver.

Fue en la cancha de Gimnasia, en ocasión del regreso del campeonato argentino luego de 7 meses y 17 días sin actividad oficial. Su equipo enfrentaba a Patronato y tras los 10 minutos que duró el homenaje se volvió a su casa, ayudado para caminar y casi sin poder pronunciar palabra ni mantenerse en pie. En ese entonces, el campeonato se llamaba Copa de la Liga Profesional. Tras su muerte pasó a llamarse Copa Diego Maradona, algo que nunca supo.

UN DEGO MUY DISMINUIDO RECIBE EL SALUDO DE TINELLI Y CHIQUI TAPIA. DURO 10 MINUTOS EN LA CANCHA.

Dicen que Matías Morla y Diego cruzaron chispas porque el abogado no quería que fuera a la cancha en esas condiciones. Y que la discusión fue tan importante que el abogado, preocupado por la salud de su amigo, pegó un portazo y se fue de la casa de Campos de Roca sabiendo que podía pasar algo malo.

La otra fecha, más cercana a su muerte, fue el 19 de noviembre. Ese día se cumplieron 9 años de la muerte de su mamá, Dora Salvadora Franco según el DNI, Doña Tota en el corazón de todos los que la quisieron simplemente por ser la madre del ídolo más grande de todos.

Ese día Maradona se puso peor que nunca. Había dicho, varias veces, que extrañaba horrores a sus padres, pero sobre todo a la mamá. En sus últimos reportajes, con el hilo de voz que le quedaba, reivindicaba las milanesas de carne que le preparaba "cuando no teníamos un mango" y se emocionaba al recordarla. "Cuando cobré mi primer sueldo me lo gasté todo llevándola a La Rumba, en Pompeya. Nos pedimos una pizza y una Coca Cola grande. Yo era feliz y ella se sentía la reina de España" recordó Dieguito en una de sus últimas notas.

LA IMAGEN FINAL. LA ULTIMA VEZ QUE SE VIO A MARADONA, EN EL BARRIO SAN ANDRES, UNA POLEMICA FOTO TOMADA POR EL DRON DE INFOBAE.

"Estaba hecho un nene" dicen algunos de aquel Maradona previo al final. Hablaba del patio de tierra de su casa en Fiorito, de los esfuerzos de su papá por acompañarlo siempre, de que sus hermanas resignaban comida para que él se alimentara, de que era el preferido de la madre, hasta le gustaba que le dijeran "Pelu" como cuando era un pibe.

"Yo creo que le hubiera venido bien un pediatra. A todos los médicos que tenía o que necesitaba, como psiquiatras, clínicos, cardiólogos o neurólogos también le hubiera venido bien un pediatra, porque si dicen que estaba hecho un nene así lo tendrían que haber tratado" se arriesgó a decir el polémico doctor Kambourian.

EL ULTIMO SALUDO EN UNA CANCHA, EL DIA DE SU CUMPLEAÑOS 60 EN EL BOSQUE DE LA PLATA.

A Maradona hasta le costaba levantarse para hacer las cosas mínimas, como asearse, afeitarse o pegarse una ducha. Cuando estaba decaído tampoco quería comer. Si levantaba el ánimo sí. Monona, su cocinera, trataba de prepararle los platos que le gustaban a él. Los de la vieja.

Diego no entendía mucho, pero tampoco era un caído del catre. Entonces se daba cuenta de que había un "descontrol médico" alrededor suyo. Incluso murió pensando que lo había operado el doctor Luque, con el que había construído una relación de amor y de odio como la que había forjado con casi todos en el último tramo de su vida.

Diego murió pensando que lo había operado el doctor Leopoldo Luque y sin saber que la Copa de la Liga Profesional llevaría su nombre.

Cuando murió, hace un mes, sus hijos y los médicos no se ponían de acuerdo en cuanto a si necesitaba un clínico, a si había que darle placebos, a si se trataba de una internación domiciliaria y en caso de que lo fuera, quién la proveía. Si ellos o si la prepaga que lo atendía.

Se estaba muriendo. Y nadie se había dado cuenta. Fue el 25 de noviembre. Hace exactamente un mes.

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