Juana Viale atraviesa el periodo de mayor visibilidad, porque más allá de su carrera como actriz, y sus romances explosivos, nunca antes tuvo sobre su figura la lupa tan intensa como en estos años de conducción de la mítica mesa de los almuerzos.
El reemplazo de su abuela Mirtha Legrand en el histórico ciclo provocó que muchas personas activaran con mayor atención todo lo que concierne a Juanita, desde sus dotes para guiar el ciclo, hasta su vida privada que construyó con Agustín Goldenhorn.
En ese contexto, en este verano la actriz regresó al centro de la controversia con sus acciones en Punta del Este, primero con el beso que posteó con un amigo en Fin de Año y luego con todo el cariño que exhibió con su compañero de obra de teatro, Joaquín Berthold.
Apasionada por la vida al aire libre, Juana disfruta a pleno esta estadía en la ciudad balnearia de Uruguay, mientras define su futuro laboral, para el cual se activaron rumores muy fuertes de una posible bifurcación de su abuela, pero podría desembarcar en América para volver a conducir.
Lo cierto es que en las últimas horas, la hija de Marcela Tinayre saltó a su Instagram para gritarle al mundo quiénes son sus dos amores incondicionales, esas almas que la estimulan y con las que edificó un lazo poderoso y único, para nada comparable.
Juana armó una publicación muy tierna en su feed, con una foto espléndida de ella sumergida en el mar junto a sus dos perros, que la acompañan en todas sus actividades y a las que llevó a Punta del Este. La nieta de Mirtha le agregó un texto muy conciso, pero igualmente descriptivo de su sentir: "Perras de mar".
