Cómo fue la ceremonia judía que hizo Ana Rosenfeld para homenajear a su marido – Revista Paparazzi

Cómo fue la ceremonia judía que hizo Ana Rosenfeld para homenajear a su marido

A una semana del entierro de Marcelo Frydlewski, la abogada decidió realizar, junto a su familia, una celebración religiosa en honor a su esposo.
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Desde hacía unas largas semanas atrás, Ana Rosenfeld había decidido volcarse al mundo de las redes sociales para enviarle sus mejores deseos y fuerzas a su esposo, Marcelo Frydlewski, quien estaba internado en Miami tras una complicación en su cuadro luego de haber arrojado resultado positivo de coronavirus.

Sin embargo, tras varios días hospitalizado y en un coma inducido, el marido de la letrada no pudo continuar con su lucha y falleció en Estados Unidos, país al que había viajado para ir a visitar a una de sus hijas que reside allí.

Asimismo, al pasar más de siete días desde su entierro, culminó la semana de duelo estipulada por la religión judía, por lo que los allegados decidieron realizar una celebración para homenajear a Marcelo, a la cual asistió Yanina Latorre, quien decidió contar todos los detalles de aquella ceremonia.

“Fue muy emocionante. A partir de que lo entierran, que fue el viernes, el sábado se respeta, los religiosos no hacen nada, y el domingo se inicia hasta el jueves una semana de rezos en la casa de Ana", comenzó contando la panelista de Los Ángeles de la Mañana.

Además, explicó que la celebración "es como homenajear, despedir y rezarle a la persona fallecida” y que tras haber participado en ella sacó la conclusión de que “es una ceremonia muy linda”: “Yo nunca había estado, muy tradicional y judía. O sea, machista: los hombres por un lado y las mujeres por el otro​".

"Cuando llega el rabino, los hombres no te pueden saludar, no te pueden tocar. El hombre judío no puede saludar a una mujer que esté con la menstruación y como no sería apropiado preguntarle a cada una 'che, ¿te vino?', directamente no te tocan", agregó relatando lo que vivió en aquella reunión.

Por otra parte, Yanina confesó que cada integrante llevó un plato de comida en homenaje a Marcelo y que en un comienzo “sí estaban todos juntos”: “Todos llevaban comida judía, la apoyaban en una gran mesa, las iban a bendecir y no se podían tocar ni comer hasta que se terminara la ceremonia".

“El living se dividió. Dijeron 'del sillón para atrás todas las mujeres', porque no rezan, miran como rezan los hombres y todos los hombres mirando para el mismo lado, como contra una pared... Y las fotos de Marcelo, tapadas; los espejos, tapados. Como en las películas", continuó detallando para el asombro de todos sus colegas.

Además, Latorre decidió revelar cómo se encontraba Ana, tanto emocionalmente como de apariencia: "Ella estaba vestida normal: tenía un jean y una camisa pero abajo la remera rota. Es que el día que lo entierran, a ella le rasgan la ropa para el duelo. Llevás una remera que ya sabés que te la van a cortar con una tijera y la tenés puesta toda la semana".

No obstante, al concluir el rezo, hombres y mujeres se mezclaron nuevamente alrededor de la mesa para degustar de los platos que habían llevado: "El rabino bendice un pedazo de pan y se come, después bendice una castaña, y se come, y después un maní y una banana y algo para tomar: no alcohol, había gaseosa, agua y jugo". 

“Ahí se empieza a desconcentrar la situación. Empezaron a contar anécdotas, cosas de él. Ella contó una de Grecia, y se enteró de cosas buenas que no sabía de Marcelo, como ayudas a sus amigos. Eso fue duro, ella empezó a llorar", explicó la angelita quien sostuvo a su amiga tras verla quebrada.

"La vi emocionada. No fue fácil. Yo llegué más temprano porque no la había visto y nos tomamos un té. La vi como muy demacrada, con los ojitos chiquititos de llorar. Estaban las dos hijas, los nietos, los yernos", sumó la panelista.

Asimismo, agregó: "Ana me explicó que tuvo dos meses de soledad en Miami y ahora necesita estar en su departamento, tener contacto con su vida. Me contó que está en una tesitura que es homenajearlo y hacer lo que él hubiera querido que haga".

"Para mí ella no cayó. Cuando estábamos todos ahí varias veces repetía 'creo que en cualquier momento va a aparecer Marcelo'. El lunes empieza a trabajar. Me dijo que no va a ir al barco porque es el lugar que más le va a afectar porque era su nidito, donde dormían juntos todos los fines de semana", contó con pesar Latorre.

Pero retomando su explicación sobre los rituales y las costumbres de la colectividad, concluyó con un nuevo detalle: "Otra cosa: se regala toda la ropa de la persona fallecida. Lo único que no se regalan son los zapatos para que la persona que los recibe no sufra lo mismo que sufrió él". 

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