En agosto, a días del Día de las Infancias, Piñón Fijo quedó envuelto en un escándalo cuando sus hijos Sol y Jeremías lo acusaron públicamente de ser un maltratador. Todo pasó luego de que el payaso posteara una foto de su nieta en Instagram con un mensaje que daba a entender que le negaban verla.
De inmediato, el drama familiar escaló y las acusaciones cruzadas pusieron a Piñón en el ojo de la tormenta: se lo mostró sin maquillaje, hubo quienes lo bancaron, como Panam y Marcelo Polino, y quienes lo defenestraron. Para peor, al artista le bajaron el pulgar en varios municipios donde tenía shows pactados.
Y ahora, a dos meses del episodio, Piñón le contó a Clarín a dónde viajó para alejarse de tanto ruido y esperar que las aguas se serenen: ese lugar fue el Norte argentino, donde se presentó en Tucumán y grabó un videoclip en las Ruinas de Quilmes.
"Estoy bien, no les puedo decir mucho más que eso. Los shows ya están normales", aclaró el artista, que señaló que durante sus viajes por el interior del país recibió mucho “amor de la gente”.
"Quizás prefiero mostrarme en qué y dónde me cobijo, que es en mi oficio”, indicó luego de contar detalles de su viaje en motorhome por Tucumán, una aventura que, dijo, le dio “mucha independencia y libertad”.
“Así que seguí viaje para el norte y me encontré con esto, con las ruinas de Quilmes. Se me ocurrió una locura y la gente, los trabajadores, ni sabían que era yo”, siguió, sobre lo que le pasó en ese rincón norteño donde el paisaje domina la mirada.
¿Qué le pasa con el tenor que súbitamente tomó su vida privada luego de lo que sucedió con sus hijos? “Soy consciente de lo que requiere el Gran Hermano. Pero prefiero mirar hacia adelante de una manera creativa y positiva. Me parece mejor así”, cerró.
