El doloroso relato familiar de Laura Oliva: “Soy todo lo que hice para no morir como mi hermana” – Revista Paparazzi

El doloroso relato familiar de Laura Oliva: “Soy todo lo que hice para no morir como mi hermana”

La actriz que se apresta a estrenar una obra contó detalles inéditos de su vida en familia.
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En medio de un marco de prensa, Laura Oliva abrió su corazón. Como nunca. O como siempre con sus amigos. La genial actriz y conductora habló de El recurso de Amparo, una obra que escribió ella misma, y que se estrena el 7 de septiembre. Y eso le dio la chance de recordar las cosas más duras de su vida.

“Yo prefiero que se piense a la obra bajo el lema de que no hay verdades sino interpretaciones más que bajo una cuestión autobiográfica. Hablo de mi propia historia, primero porque fue una necesidad desde las tripas; y segundo porque es de lo que puedo hablar, fue mi disparador. Pero una vez que puse los dedos en la computadora los personajes empezaron a hablar solos. En ese sentido, es ficción”, informó.

Si hay algo que me dejó la muerte de mi hermana es la soledad de que ya no hay nadie en este mundo que haya vivido mi historia conmigo. Y ahora, escribiendo la obra, me doy cuenta incluso de que ni siquiera la vivimos igual. La obra de alguna manera son todas las charlas con mi hermana que no pude tener durante estos años”, explicó en La Nación.

¿Mi mamá? Yo defiendo mi derecho a no perdonar, a no entender, porque además no es intelectual, es físico. Toda mi vida traté de llegar a ese estadio y no llego. No puedo. No seré tan buena. Internamente te sentís muy jodida y muy sola. No es no quería a mi mamá, la quería”, sumó.

Cuando mi mamá se enfermó, me la llevé a vivir a mi casa, se murió al lado mío, no tiene que ver con el amor, no la quiero como se propone en las propagandas de pañales. Además, creo que no existe el vínculo indestructible. Hay algunos más que otros, por supuesto, pero el vínculo se arma de a dos. Se forja”, agregó.

Mi madre era una mujer muy graciosa, muy histriónica. Fue bailarina y dejó todo para dedicarse a ser madre y mujer, creo que no estaba en su naturaleza. Y hubo algo que la atravesó y no le permitió ver cuánto de esa historia estaba volcando en nosotras", aseguró.

"Siempre mi pregunta para con ella fue: “¿Y nosotras qué culpa teníamos?”. Y ahí es cuando se me plantea esta teoría sobre la mujer que queda tan enganchada con un hombre, con un fracaso matrimonial, que no ve cuánto está desparramando de esa frustración hacia quienes no pueden hacer nada”, recordó.

“Todo el mundo me habla de este vínculo en pasado y lo que terminé de afirmar en la obra es que, por supuesto, que eso ya pasó, pero yo soy quien soy en el presente por ese pasado. Y si me voy al extremo: soy todo lo que hice para no morir como mi hermana. Es el pasado que sigue accionando. Nunca voy a dejar de trabajar en mí misma para salir de esos lugares en los que me colocaron esas historias”, relató.

“Yo nunca tuve una guardia en mi puerta. No sé cómo sería eso. Pero fiel a mi costumbre de abogada del diablo, creo que tenemos que hacer un mea culpa. Yo reconozco mi época de popularidad más fuerte con el ciclo televisivo Grandiosas, en 2002. En aquel momento era interesante para el periodismo, si estaba en pareja, si era mamá, si quería serlo”, dijo.

Pero en aquel entonces no había redes sociales. Yo no tengo redes por una cuestión de coherencia. Como no me gustaba que se metan en mi intimidad, no la muestro. Nos tenemos que hacer cargo, si mostramos a nuestra pareja, a nuestra casa, al perro, lo que hacemos es colaborar directamente y no nos podemos quejar”, se sinceró.

“Siendo una persona a la que al periodismo no le importa, se me murió toda mi familia y no tengo ni una foto en un cementerio, no soy material de venta, así todo un día dije algo sobre la maternidad y se replicó cualquier cosa. Yo dije que en algún momento había iniciado los trámites de adopción y agregué que ese trámite no caduca nunca, tenés una carpeta que queda abierta, pero aclaré que de todos modos ya estaba, que además con mi marido no queremos tener hijos”, acotó.

Entonces quedó el título “el trámite de adopción sigue abierto” y a continuación la pregunta: “¿Vas a retomar el trámite?”. Hace quince años un ginecólogo me dijo: “mirá, si uno ve a una mujer de 40 o 45 años separada con hijos piensa que le fue mal; cosas que pasan. Pero una mujer que a los 45 no tuvo hijos es rara”. Esa frase para mí lo resume todo. Él me lo dijo como para darme la fórmula de felicidad. “Tené un hijo para no parecer loca, rara”. De ese pensamiento, hoy estamos años luz”, terminó.

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