Apacibles, totalmente embebidos en la nada misma, en esa tendencia a retozar y solamente ver el día pasar. Así se acodaba los participantes de Gran Hermano en los sillones del jardín cuando un grito desaforado los alertó y encendió una acalorada discusión.
En el video no se logra percibir con exactitud las palabras que bramaron desde el afuera de la casa, como ese dron que sobrevoló el patio, pero la frase rondaba por “Marcos a la final”, aunque con la posibilidad que el nombre haya sido Nacho. La confusión fue tal que todos los concursantes se dedicaron a tratar de imponer su lectura del hecho.
“Nacho, a la final. Nachito, sos el ganador”, perjuró Daniela. Mientras que otros aseguraron que escucharon con claridad: “Marcos, a la final, Marquitos, sos el ganador”. Toda una ensalada, un matete tremendo, que activó la preocupación por tratar de descifrar el verdadero objetivo del grito.
La Tora intentó convencer a todos que el sonido refería a su novio Nacho, por eso Alfa, fiel a su costumbre de confrontación, se exaltó y con vehemencia espetó: “Dijeron Marcos, Marquitos. Fue clarito”. Mientras que Daniela le frenó el carro por sus modales horrendos: “No me grites”.
Lucila volvió a tratar de llevar agua para su molino y exteriorizó: “Mitad y mitad. Igual, los dos son buenos, así que no importa”. Una declaración de principios, con la que la blonda procuró institucionalizar que ambos jóvenes se merecían arribar a la definición por los quince millones y una casa prefabricada.
El salteño, con su pasividad habitual, le preguntó a Camila: “¿Escuchaste los dos nombres?”. Ante lo cual, la amiga muy íntima, y sobre la cual pesa una controversia por su edad real, le respondió que “si”. Ofuscada por todo el revuelo, Julieta pataleó: “Ni en nuestra propia casa podemos estar en el parque”.
