Las esquirlas del Wandagate laceran la figura de Wanda Nara, porque la opinión pública permanece expectante por adentrarse con mayor profundidad en los oscuros terrenos de esa infidelidad que cometió Mauro Icardi con la China Suárez.
Más allá de los meses que ya transcurrieron desde el destape de la olla del escándalo, la influencer sigue envuelta en el escarnio de las redes sociales, que intentan comprender la exculpación en velocidad extrema que le regaló a su esposo.
Esa visibilidad magnánima le sirvió para maximizar la cosecha de dividendos económicos, por la convocatoria a eventos, a protagonizar publicidades, a brindar entrevistas a cambio de miles de dólares y al lanzamiento de su propia línea de cosméticos y mallas.
Pero ahora se le endosa un problema a Wanda, otra vez en el seno interno de su familia. Una complicación muy sensible, porque implica a uno de sus hijos con Icardi. ¿Qué pasó? Resulta que Valentino, el mayor de los tres hijos que tuvo con Maxi López, dejó evidenciar su resquemor con Mauro.
La periodista de Paparazzi Luciana Elbusto desarrolló un análisis de los infinitos contenidos que postearon Nara e Icardi de la noche de Año Nuevo. En esas fotos y videos se percibe una decisión notoria del niño de evitar el contacto con Mauro.
En las imágenes se denota la intencionalidad de no abrazarlo, así como en los videos se lo escucha al futbolista invitando a los niños a acercarse al muelle y como Valentino desoye ese pedido y opta por quedarse junto a su abuela Nora.
¿Qué acontece en esa familia? Tal vez el adolescente sienta un dolor por el engaño de Icardi, seguramente por su edad leyó noticias, así como sus amigos le pueden haber contado lo que hizo el esposo de su mamá. Lo cierto es que las pruebas ratifican una problemática en el núcleo.
