En toda familia hay conflictos y peleas, pero pocos como la espectacular guerra que enfrentó a Mabel, madre de Jorge Ibáñez, fallecido en 2014, y su hija Alejandra, que por estos días lucha por la parte de su herencia que le corresponde tras la muerte de su padre.
¿Cómo una madre y su hija pueden estar peleadas por el vil metal? Pues así sucede, quizás, por la influencia de un personaje oscuro que se acercó y se ganó la confianza de los padres del famoso modisto, luego de su muerte. El detalle es que este abogado, bautizado por Ibáñez como “Tía Sarita”, en vida lo estafó.
Así lo contó Débora D´Amato en A la tarde, cuando introdujo este drama familiar que viene de hace tiempo y que recrudeció después de la muerte del padre, ocurrida en noviembre de 2016, cuando la hermana de Jorge empezó a tramitar la sucesión.
"La hermana de Jorge Ibáñez, Alejandra, que vive en Colombia, está muy enfrentada con su madre Mabel a raíz de la herencia de su padre. El problema principal es ´Tía Sarita´, un señor que era muy amigo del diseñador y que terminó en una muy mala relación", contó la periodista.
Según informaron en el ciclo de América, en cuanto muere el diseñador, este hombre, abogado, empezó a cooptar la atención de sus progenitores. Ellos le abrieron las puertas de su casa, sin saber lo de la estafa, que hoy entre sus allegados entienden como un “delirio” de Alejandra, un cuento.
Eso es lo que dicen en el entorno de la familia: que Alejandra Ibáñez “perdió la cabeza”. Mientras, ella asegura que su madre está siendo manipulada por este hombre y su socia, que quieren quedarse con su parte de sus bienes, una herencia repleta de propiedades inmobiliario que, dicen, representa un monto millonario.
“Alejandra quiso declarar insana a la madre, que tiene 81 años; ella dice que está bien, pero está rodeada de gente rarísima”, agregaron en el programa conducido por Karina Mazzocco en el que transmitieron lo que Mabel dijo hace un tiempo sobre lo que mueve a su hija.
“La ambición de mi hija es desmedida, yo no quiero ceder mi parte. Me olvido de que tengo familia, ya”, dijo la anciana, que en estos años en una oportunidad llegó incluso a denunciarla por violencia familiar, situación en la que apareció la Policía.
“No es que Alejandra quiera quedarse con todo, no enloqueció: ella está luchando por lo que le corresponde, el 50 por ciento de la herencia del padre, porque su hermano está muerto. Le desespera lo de Tía Sarita, que se acercó luego de la muerte de Jorge, siente que están haciendo artimañas”, cerró D´Amato, sobre este culebrón que todavía da para largo.
