Hace algún tiempo atrás, Floppy Tesouro vivía dentro de un exclusivo penthouse, el cual era el hogar familiar ya que lo compartía con su marido, el arquitecto Rodrigo Fernández Prieto, y con su hija, Moorea. Sin embargo, tras anunciar su separación, la modelo eligió residir en un lujoso departamento para poder comenzar una nueva etapa de la mano de su pequeña.
Es por eso, que tras buscar un espacio acogedor para ella y su hija de cinco años, a principio de este año abandonó su anterior hogar y se mudó a un increíble departamento ubicado en una zona importante de Puerto Madero.
Asimismo, su actual casa está situada en el piso 16 de un edificio construido por la empresa de su exmarido, pero según explicó con sus propias palabras, apenas entró a la propiedad sintió que “fue amor a primera vista”.
“Mi prioridad era que fuera un departamento en altura, para mantener una linda vista. También quería quedarme en la zona en la que vivo desde hace ya diez años, desde antes de mi relación con Rodri, porque me siento cómoda, segura y tengo a mis amigas cerca”, agregó Floppy en una charla con la revista ¡Hola! Argentina.
No obstante, reveló que aunque ya pasaron algunos meses desde su decisión, restan detalles para finalizar su “nuevo nidito”: “Todavía nos estamos acomodando y hace poco nos llegaron los últimos muebles. Vivimos en una casa de mujeres que decoramos con More con mucho entusiasmo. Nos encanta jugar juntas a la maquilladora o la peinadora. Ella es una miniartista. Siempre fuimos muy compañeras y la mudanza nos unió aún más”.
“Lo único que extraño de mi casa anterior es el vestidor. Aunque el que tengo ahora es enorme, ¡a mí me queda chico! Me estoy haciendo un mueble especial para las carteras. Atesoro carteras, zapatos y cinturones que compro en mis viajes”, explicó Tesouro recordando el gran espacio que tenía para todas sus prendas.
Por otra parte, a la hora de hablar sobre cómo se adaptó Moorea a la nueva casa, Floppy explicó cómo lograron con su expareja sostener emocionalmente a la pequeña: “Con Rodri tenemos un muy buen vínculo y eso hace que todo sea más llevadero para More. No funcionamos como pareja, pero fuimos amigos diez años antes de estar juntos y hoy mantenemos una buena relación”.
“Nuestra hija nota esa armonía y está contenta con sus dos casas. Tenemos tenencia compartida y los dos somos muy flexibles, dejamos que todo fluya”, continuó aclarando la modelo.
Además, gracias a las fotografías que tomó ¡Hola!, se pueden apreciar los distintos ambientes del departamento y cómo entre las dos eligieron decorar cada sector. El living, por ejemplo, además de contar con amplios ventanales que ofrecen una maravillosa vista al río, está armado con todos muebles de una exclusiva casa de la zona y eligieron tonos neutros para los muebles que descansan sobre el piso de madera.
El comedor, el cual se conecta con el living, posee una mesa para ocho comensales, la cual está situada al lado de la puerta que conduce al balcón. Y es allí, en el exterior, en donde colocaron sillones de mimbre para relajarse durante las tardes con los magníficos paisajes.
La habitación de More, por su parte, está ambientada en tonalidades rosas, posee una gran cama para ella sola la cual está decorada con cientos de muñecas por encima y además presenta un gran mueble para guardar sus juguetes favoritos y, por supuesto, su enorme cantidad de ropa.
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