A poco tiempo de debutar con su programa en América, Florencia de la V fue la elegida para conducir la nueva temporada de Intrusos tras las salidas de Adrián Pallares y Rodrigo Lussich.
Además de tener una nueva conductora, el histórico ciclo también sumó recordados panelistas como Marcela Tauro, que es integrante estable del panel, Luis Ventura, que se animó a volver para reemplazar a su colega por un día, y Daniel Ambrosino, quien también tuvo su paso fugaz.
Tras una semana intensa de debut, nervios y emoción, la actriz inició La noche de la V recordando una anécdota desconocida sobre la primera vez que estuvo en la mesa de Mirtha Legrand. inicios de los noventa y con una sociedad aún más discriminadora hacia las personas trans.
“Hace más de 25 años que trabajo y me acordé de mi primera vez en la mesa de Mirtha Legrand. ¡En la mesa de la Chiqui! ¡Yo tenía una emoción!”, expresó haciendo referencia a inicios de los noventa.
Fiel a su estilo, rememoró: “A mí me llamaron el mismo día porque claramente se les había caído el invitado. Me llamaron a las diez de la mañana un lunes y yo era una chica jovencita. Tenía 20 años, había salido el domingo y estaba desnucada”.
Luego, Flor contó que al llegar a la sala de maquillaje se encontró con dos personas que no tenían muchas ganas de dejarla lista para la mesa de la diva. Tanto es así que terminó “blanca como una pascualina sin cocinar”.
Sin embargo, lo más llamativo fue cuando contó cómo la presentó la Chiqui. "Me anunciaron. Era ‘Florencia de la Vega’ antes de que me corten el nombre. Salgo y en ese momento había una escalera. Tenía un vestidito de encaje que había comprado en la Casa del Teatro. Estaba blanca como una china, no saben lo que era”, relató entusiasmada.
Y agregó qué frase polémica le dijo la presentadora cuando la vio por primera vez: “Mirtha dice ‘ay, mirá lo que es, si no fuera porque no tiene cadera no te das cuenta que no es mujer’”. En ese sentido, continuó: "Así empezó la charla y me senté en la mesa”.
Por último, Florencia manifestó que el plato principal era espaguetis pero que prefirió comer poco por miedo a ensuciarse la ropa. “Me moría de hambre y terminé en un Pumper. Ese día aprendí dos cosas: que hay que ir maquillada y que a lo de Mirtha hay que ir comido”, finalizó con humor.
