Con opiniones contundentes y un marcado discurso en contra de los políticos, El Dipy se está volviendo una de las figuras tuiteras de la cuarentena. Un "tuitstar" hecho y derecho, o un "rompe límites" como se prefiere decir por estas latitudes.
En su momento, el cantante se hizo tan famoso por su actividad artística como por su tumultuoso noviazgo con Mariana Diarco. El pico de intensidad mediática sucedió cuando los dos denunciaron una especie de "acoso virtual" de parte de Ezequiel Pocho Lavezzi. Incluso, aún es recordada una visita de ella a Intrusos que terminó en un desmayo y una internación cuando le tocaron ese tema.
Pero en los últimos meses, sobre todo en lo que va de la cuarentena, su participación en el mundo virtual se fue transformando en una prédica constante contra los políticos, algo que le hizo ganar un sinfín de elogios y de seguidores: ya tiene 170.000 mil. Nada mal.
El que "ligó" ahora las endemoniadas palabras del Dipy fue Dady Brieva, quien firmó la carta abierta con la que el gremio de actores denunció una caótica situación de la actividad, con un desempleo que llega al 90 por ciento.
Dady es un fervoroso y declarado simpatizante peronista y apoya con todas sus fuerzas al gobierno de Alberto Fernández. Directo y frontal, sus palabras a veces se vuelven polémicas.
Entonces, el Dipy le recordó a Dady cuando dijo "quiero que los argentinos la pasen mal y vuelvan a revolver la basura" por haber votado a Mauricio Macri, y cuando le pidió a la actual administración que "si vamos a terminar siendo Venezuela, pues no esperemos tanto y vayamos directo a serlo".
Después lo atacó: "Sabemos que se lo van a dar a lo que pide. Lo sabemos. Pero mientras tanto, a llorar al campito y chupala hasta el tronco, mientras acomodas los huevos".
Unos minutos más tarde, volvió a la carga contra el ex Midachi. "¿Saben lo que pasa con la gente de Dady y compañía? Debe ser difícil mantener las mansiones y los departamentos en Puerto Madero sin laburar y sin la monedita del estado. Están reclamando eso. Vivir del estado para mantener sus mansiones. En fin. Hipócritas.
