Con el fin de recordar sus primeros pasos en el mundo de la música y para revelar algunas anécdotas de su vida privada, Javier Calamaro se sentó en el living del ciclo Los Mammones en donde se sometió a las picantes preguntas del conductor, Jey Mammon, quien lo llevó por un recorrido personal y laboral.
Fue en ese contexto en el que el músico no solo habló de sus primeros shows, sus experiencias dándole un recital subacuático a las ballenas y sus conflictos en migraciones a la hora de hacer giras alrededor del mundo, sino que también se animó a confesar cómo fue la vez que visitó el programa de Mirtha Legrand en donde lo acusaron de haberse embriagado y de haber "hecho papelones" en el ciclo de El Trece.
“El último almuerzo fue buenísimo. Yo la pasé genial, Mirtha la pasó como el orto pobre. Ella la pasó pésimo”, comenzó rememorando entre risas el cantante. Asimismo, a la hora de explicar si de verdad había tomado algunas copas de más, Javier acotó: “El tema es que ahí veníamos de grabar Concierto Extremo, y durante dos semanas grabamos tres episodios entre Misiones y Corrientes”.
“La última parada antes de volver a Buenos Aires fue hacer buceo en Los Esteros del Iberá, buceamos con yacarés. Mucha selva, mucha mugre, mucho dormir en cualquier lado, bucear en agua marrón y de ahí a lo de Mirtha. Entonces cuando llegué y vi que había una tira de asado…”, continuó detallando.
No obstante, entre risas, reveló que la alegría vista ante las cámaras fue producto de su felicidad por poder tener un buen almuerzo: “Después de dos semanas tenía un hambre… Me pusieron al lado a Flavio Mendoza, que es un divino total, y me cedió su tira de asado porque yo le decía que venía de dos semanas en la selva”.
“Yo le tengo un respeto faraónico a la señora Mirtha, pero cuando uno se quiere cagar de risa en lugar de ponerse tenso, porque la señora es muy imponente, aparte hay muchas cámaras, muchas luces… Y fue un mecanismo de ‘no vine acá a embolarme’. Fui a disfrutar, me tomé dos copas de vino, me comí mi tira de asado y la de Flavio e hice un chiste”, agregó revelando que no existió tal escándalo como se había tratado en los medios.
De todas maneras, remarcó que sus deseos habían sido los de “pasar un buen momento” y no generar un mal clima: “Después de dos semanas de expedición fuimos directo al estudio, pero como ya había cinco veces antes ya sabía lo que era sufrir y que la comida se te quede en la garganta. Entonces disfruté”.
