Todos aguardaban deseosos su aparición delante de la cámara. La expectativa creció en la atmósfera, impulsada por el anhelo de escuchar de su boca los argumentos de su participación en el escándalo del año. Finalmente, la China Suárez brindó una entrevista con Alejandro Fantino, que se impregnó de un sabor agridulce.
María Eugenia no se zambulló en las profundidades del triángulo amoroso que configuró con Mauro Icardi y Wanda Nara. Todo lo contrario, ya que nadó por las superficies, con evasivas o declaraciones subyacentes.
La ex de Benjamín Vicuña gambeteó los tópicos más álgidos, como las motivaciones que la empujaron a lanzarse entre sábanas con el futbolista o describir cómo nació esa relación clandestina, que se presume existió durante meses en el ámbito digital.
No obstante, la China se exhibió predispuesta a abordar temas de su vida privada que no suele compartir en el plano público. En esa sintonía, la ex de Nicolás Cabré sorprendió al revelar el tipo de vínculo o de comportamiento que posee con el dinero y con las finanzas.
Justo una personalidad que activó su plano laboral en la niñez, que protagonizó grandes éxitos en la pantalla chica y en el cine explicó que no late en su interior una buena capacidad de capitalización. "Siempre fui un desastre con la plata. No ahorro nada", aseguró.
Claro que también reconoció que su oficio le posibilitó cumplir un sueño de millones de personas en el mundo: "Por suerte, estoy trabajando desde los 10, me fue bien, me pude comprar mi propia casa que se que es un privilegio porque hay gente que por ahí se la pasa trabajando toda su vida y no puede tener una casa propia".
En cuanto a su mecanismo de no otorgarle un valor tan trascendental al dinero, María Eugenia especificó: "Soy demasiado desprendida. Y eso viene de mi papá. Para mí la plata está para gastarla y no te digo lujos, ni nada. Veía que en Casi Ángeles los chicos ahorraban, iban por el segundo departamento. Yo iba de vacaciones, viajaba. Iba a Pinamar e invitaba a toda mi familia y a mis amigos., alquilaba una casa... ".
Inmiscuida en el deseo de clarificar su postura sobre esta arista de la cotidianidad, la China exteriorizó: "A mí la plata me gusta gastarla con mis amigos o con mis hijos. Para mí la plata está para eso. Es como la vida. Pienso que me puedo morir mañana y para qué quiero la plata".
