9 de julio, Día de la Independencia. En el preciso instante en el que se cumplían 204 años de aquella histórica y gloriosa epopeya que tuvo lugar en San Miguel de Tucumán, Carlos La Mona Jiménez publicó en Youtube su versión "cuartetera" del Himno Nacional.
Y cómo cada vez que sucede una cosa así, hubo polémica. Sobre todo en las redes sociales, donde todo es materia de discusión, disputas, cruces, observaciones y reproches.
La iniciativa del músico -acaso el más grande que dio la provincia de Córdoba en toda su historia- lo llevó a ocupar con velocidad los primeros puestos entre las tendencias argentinas. Muchos apoyaron la propuesta, pero otros la criticaron.
Luis Novaresio, en su pagina de internet Luisnovaresio.com.ar se preguntó en su título "¿Homenaje o falta de respeto?", aunque en la nota dio su veredicto: "para mi, muy lindo. Mirá la versión". Los usuarios no se pusieron de acuerdo. Los seguidores de la Mona celebraron su obra. Los otros la ningunearon.
Frases del tipo de "ya hiciste todo, Mona querida, que ganas de bailarlo", "No te retires nunca, Mona, que sin vos se acaba todo" y "hoy el 9 de julio tiene otro sabor. más patrio y más cálido" contrastaron con otras que escribieron, como "lo único que le faltaba a este país en bancarrota", "no era necesario arruinar el himno" o "que algún amigo se apiade y le avise que no da".
La Mona grabó el video en el teatro del Libertador San Martín, de Córdoba capital, en medio de estrictas medidas de higiene y con todos los recaudos que la pandemia impone. La sala estaba vacía. Su uso fue autorizado por la "Agencia Córdoba Cultura", a la que el artista agradeció especialmente.
Hace unas semanas, cuando la cuarentena estaba empezando, trascendió una noticia que conmocionó a la enorme legión de seguidores que tiene La Mona desparramados por todo el país: la versión daba cuenta de que había despedido a todos sus músicos y que analizaba seriamente la posibilidad de bajarse definitivamente de los escenarios.
Después se barajó la chance de que protagonizara una gira de despedida una vez que el coronavirus se transforme en un triste recuerdo, al estilo de la que en su momento llevó adelante el mítico grupo salteño Los Chalchaleros, o la que anunció Antonio Gasalla para decirle adiós al teatro.
Ninguno de los trascendidos cobró forma de realidad. Al menos por ahora. Sus fanáticos aguardan, expectantes, una definición. Para ellos, todas sus canciones son himnos.
