En el entorno íntimo dicen que la inmensa casona que Benjamín Vicuña y la China Suárez compraron en Pilar, en una zona muy campestre y “casi en el medio de la nada”, tuvo mucho que ver en las diferencias y peleas que arrancaron en la pandemia y terminaron en la ruptura de la pareja. Por eso, le dicen "la casa maldita".
Es que la casa, enorme, antigua, carísima (les valió una inversión de cerca de un millón de dólares), no tiene nada que ver con la coqueta propiedad donde la actriz todavía vive con sus hijos en un country en Los Polvorines, que está repleta de amenities, lujos y comodidades.
Y a pesar de que a la nueva vivienda, súper rústica, enorme y alejada de todo, todavía le falta mucha obra para poder alojar a la China con Rufina, Magnolia y Amancio, la actriz demostró que los avances en la decoración siguen en marcha.
Así lo dejó ver en sus historias de Instagram, donde compartió algunas fotos donde se puede ver cómo la casa va tomando forma con los muebles y detalles que ella fue comprando en anticuarios y online, para darle una impronta vintage, en línea con su onda de “niña de sótano”, que tanto le gusta.
Velones por doquier rodean el hogar a leña que parece clave para darle calidez a los ambientes amplios de esta casona de campo a la que la China primero se resistió y luego, dicen, se convirtió en una obsesión para ella.
Amante del estilo shabby chic, Eugenia Suárez sumó canastos con piñas, alfombras de fibras naturales, fanales de vidrio, y objetos y muebles de otras épocas como un camastro que compró usado y piensa convertir en sillón de jardín, o una silla Luis XV tapizada en pana rosa viejo.
Entre los planes de la actriz, está el de remodelar la galería, para darle al espacio su toque original y convertirlo en un hermoso lugar de reunión para sus amigos y sus familiares, ya separada del actor chileno, aparentemente, de manera definitiva.
¡Mirá las fotos!
