Para los asustadizos quizá sea un motivo para mudarse, o en principio para vivir inquietos en lo que debería ser la tranquilidad de su hogar. En cambio, Matilda Blanco se acostumbró a compartir día y noche con un espíritu en su casa. La asesora de moda contó como es el día a día de convivencia con la “presencia”.
Matilda no está sola puertas adentro y, más allá de la compañía de sus perros y gatos, que la siguen por todos los rincones, también está la de una mujer que falleció varios años atrás en el lugar. “Yo creo en lo sobrenatural y bastante, tuve unas situaciones paranormales acá en mi casa porque acá vivía una pianista”, contó Matilda.
“En oportunidades vimos que se movían cosas y había sonidos. Los gatos miraban a un lugar y no sabía que miraban, sentí que era esa persona, a mí me gusta mucho la música, los conciertos y el piano, sentimos que era una maestra de piano que está acá y nos cuida”, contó Blanco, con datos escalofriantes, en diálogo con Juan Etchegoyen, para Mitre Live.
“Esta mujer era muy querida, no me da miedo porque yo me voy a dormir con mis perros y gatos. Estoy muy cuidada y duermo custodiada”, expresó Matilda, asegurando sentirse tranquila, por estar rodeada de mascotas.
“En el mismo lugar donde ella tenía su piano, sentí un perfume antiguo. Como de esos perfumes de antes, de talquito. Sentí ese perfume pero realmente creo que es alguien inofensivo”, reflexionó Blanco. Si se trata de creencias, la experta en moda es un fiel ejemplo de eso, años después de superar la dura desaparición de su padre durante la dictadura.
Porque el vivir con un ser que no es visible ni tangible -no se puede tocar- , lejos de generarle miedo, lo define como una buena situación con la que puede compartir todo... hasta los recuerdos de cuando dejó a su novio plantado en el altar.
