En medio de partidas que sacudieron al ambiente artístico, la de Silvia Montanari se suma a ese dolor infinito e irreparable. Luego de pasar varios días internada en el Sanatorio de la Provincia, en una habitación común, lugar al que había ingresado productor de un cáncer avanzado, la actriz de 76 años falleció luego de una incansable pelea contra la enfermedad.
En las últimas horas, ante lo irreversible del caso, había llegado proveniente de Miami, su hijo, Rodrigo Aragón, para acompañarla y poder despedir a su mamá. Familiares, amigos y compañeros de la colonia artística se acercaron y le mostraron todo su cariño a una de las artistas más respetadas y queridas del ambiente por su trayectoria y calidez humana.
Una de las que estuvo con ella hasta el último minuto fue Nora Cárpena. La actriz, además de compartir con ella el protagónico de Mujeres de ceniza, obra que realizaron hasta el año pasado, fue su gran amiga. Zulma Faiad y Mercedes Carrera, también integrantes del último trabajo que llevó adelante Montanari, no se despegaron de ella en los últimos días. Fueron su gran apoyo en momentos delicados.
Silvia se fue dejando un gran legado y una gran enseñanza como actriz. Debutó en teatro con apenas 18 años y cobró gran protagonismo durante las décadas del 60 y 70. A la obra mencionada, se destaca su labor en Brujas, El Enterrador y Los Corruptelis. Si bien sobre las tablas logró forjar y mostrar su esencia, también dejó su huela en el cine y la televisión. Se destacó en exitosas y recordadas ficciones como Alta comedia, La banda del Golden Rocket, Son de Diez, Gasoleros, entre otras. Por el lado del cine, comenzó en Obras maestras del terror, deslumbró en La gran ruta y mostró todas sus cualidades más acá en el tiempo en El boquete.
En los 80, fue protagonista, junto al actor Darío Grandinetti, de uno de los romances más polémicos de la farándula. Ella era 16 años más grande que él y eso le valió que la criticaran. Se separaron en 1983, cuando ella tenía 40 y él 24. “Ahora es normal, pero en esa época era raro. En aquel momento fue duro, hasta mis padres me criticaron por esa relación. Duramos dos años de novios, pero podríamos haber seguido si no éramos apuntados con el dedo por la edad”, había señalado en noviembre del año pasado, recordando aquel romance que la marcó.
“Me sorprende cuando salgo a la calle y me saluda la gente. Recién ahora tomo consciencia de lo mucho que me quieren y respetan”, contó en una de sus últimas entrevistas, marcando toda su humildad. El mundo artístico y el público fiel que la siguió durante su carrera la llora, pero la despide con un aplauso cerrado, en el fin de su función.
