Pepe Cibrián concretó su sueño de la paternidad. Hace dos años adoptó a Luis Machuca, un jovencito que no sólo vive en su casa, sino que sigue su camino artístico.
El deseo que el hijo de la recordada Ana María Campoy persiguió durante años y que la justicia no le dio la oportunidad de concretar, se lo dio la vida.
Feliz con la compañía y con la sensación de tener una persona a su cargo, el creativo de las tablas contó cómo llegó la paternidad a su vida después de separarse de una pareja de 15 años, y cómo la vive en el día a día
En un móvil con Bendita TV, en las noches de El 9, compartió la emotiva historia. “Hace dos años que vive en mi casa. Tenemos una relación realmente de amor muy profundo. Es un ser muy mágico. Es muy putañero y yo le organizo cosas, algunas del elenco, alguna alumna que le gusta, es muy atractivo”.
“Me gusta mucho eso de ser compinche, de sentirme padre. Es parte de mi vida ya… ¡Lo amo con pasión! Su madre es una mujer muy maravillosa, sus hermanos, ellos son de Mendoza. El estudia permanentemente todo lo que tiene que ver con el teatro, tiene mucho talento y así estamos muy felices”.
"Yo tengo un pacto hecho con él, donde le doy todo lo que necesite para su profesión y el me da compañía", contó Pepito sobre la relación con su hijo.
“Tiene 27 años. Con Santiago, durante quince años hasta que después nos separamos, traté de adoptar tres o cuatro chicos, hermanitos que no los separaron. Y no me dieron la posibilidad”, recordó, apesadumbrado, ante la mirada de Beto Casella.
“Cuando conocí a Luis, que yo me acababa de separar de Santiago, no sé por qué encontré a alguien. Mis amigos me decían "estás en pedo, si no lo conocés, que va a venir a tu casa". Y yo les respondía: "dejame que yo tengo un pacto hecho con él, donde le doy todo lo que necesite para su profesión y él me da compañía”, confió Cibrián, sobre el acuerdo que tiene con quien considera su hijo.
“Probamos una semana, nos sentimos bien. Se fue a Mendoza dos, tres días, volvió y desde hace dos años que estamos juntos. Es un ser humano muy mágico”, definió Pepito, con sensibles palabras hacia el hombrecito que llenó su corazón.
