Hace unos meses, Piñón Fijo se vio envuelto en una sorpresiva polémica familiar, a partir de la exposición de sus hijos con la que aseveraron que recibieron malos tratos de su padre en el ámbito profesional, tras años de compartir giras y espectáculos.
Una revelación que sacudió al payaso cordobés y lo posicionó en otro tipo de postura ante la sociedad. Eso despertó una enorme gama de averiguaciones y sobre todo una cobertura mediática intensa, que lo catapultó al centro de las polémicas durante semanas.
Tras un periodo de ostracismo, al menos en el plano público, Piñón Fijo volvió a presentarse en un estudio de televisión de un canal de Córdoba. Rápidamente saltó a la conversación su análisis de toda esta controversia y expresó: “Estoy bien. Uno se ha puesto viejo, pero feliz y tratando de aprender un poco de la huella, del camino”.
En cuanto a más reflexiones del aprendizaje de todo lo vivido, el artista añadió: “Quizás cuando era más joven era un poco más arrebatado, quería que las cosas fueran ya y como yo quiero”. Hasta que reconoció de cierta forma sus errores: ”Con seres que uno ama, uno también tiene que aprender a esperar y tratar de ser cauteloso para no dañar al otro”.
Y luego ponderó que sigue con el sueño de reencontrarse con sus nietos, a quienes no ve hace un tiempo extenso: “El amor está ahí, está acá. Para los nietos está acá". Y agregó: “Cuando me abran la puerta me van a tener que frenar”. Así como aclaró: “Pero mientras tanto respeto y cariño”.
En el piso le consultaron sobre lo emocional: “¿Extrañás, Piñón?”. Eso activó la sinceridad de Piñón: “Sí, mucho, mucho, mucho”. Para enfocarse en la más pequeña de sus familiares: “Lunita, más que nieta es una amiga. Es una relación de amigos la que teníamos. Yo tengo mucha esperanza que se va a recuperar tarde o temprano”.
Para concluir, el payaso especificó que por el momento aguarda a que se calmen las aguas y exteriorizó: “Entonces la obligación que a uno le queda es estar parado, estar de pie y listo para ese abrazo”.