El fin de semana todo era emoción y alegría para Silvina y Vanina Escudero. La felicidad tiñó el presente de las bailarinas, que se reencontraron después de un año y se fundieron en un abrazo interminable, así como saltaron de algarabía y compartieron lágrimas.
Tras la mudanza de Vanina a Uruguay, la morocha sintió un dolor por la lejanía, la imposibilidad de disfrutar de sus sobrinos e incluso se animó a propinarle fuertes críticas por esta determinación a su hermana. Claro que la movilizaba la angustia de no contar con el cariño cotidiano.
Desde este retorno, que se enroló en una sorpresa que pergeñó la esposa de Waldo Navia para el cumpleaños de la bailarina, todo marchaba sobre rieles. No obstante, en las últimas horas, Vanina cayó en las garras de un contratiempo de salud, que escaló hasta el límite de internarse en un sanatorio.
Esta novedad adversa la explicaron en Intrusos, donde Karina Iavícoli se lanzó a describir el diálogo directo con Escudero y narró: “Con la producción estábamos buscando a las hermanas, le escribo a Vanina para coordinar y me pone ‘vine por pocos dias y encima desde ayer estoy internada y no sé cuándo me van a dar el alta’”.
En esa charla, la bailarina detalló el mal que la aqueja: “Le pregunté qué era, me dice ‘un folículo hemorrágico, tengo un terrible dolor, tengo que esperar que se reabsorbe la sangre, pero aparentemente no sería quirúrgico’”.
De esta manera, Vanina transita por una internación, con estudios constantes y a la espera de la evolución de esta trastorno que se le despertó en los ovarios.
