Un viaje que era con emoción y alegría para Silvina y Vanina Escudero. La felicidad tiñó el presente de las bailarinas, que se reencontraron después de un año y se fundieron en un abrazo interminable, así como saltaron de algarabía y compartieron lágrimas.
Tras la mudanza de a Uruguay, la morocha sintió un dolor por la lejanía, la imposibilidad de disfrutar de sus sobrinos e incluso se animó a propinarle fuertes críticas por esta determinación a su hermana. Claro que la movilizaba la angustia de no contar con el cariño cotidiano.
No obstante, las nubes azotaron a Vanina, que cayó en las garras de un contratiempo de salud, que escaló hasta el límite de internarse en un sanatorio para el estudio de un folículo hemorrágico. Eso la mantuvo unos días en la clínica Olivos y luego recibió el alta.
Lamentablemente, en un periodo muy corto, la esposa de Waldo Navia sintió una recaída y regresó al nosocomio, donde la sumergieron en una intervención quirúrgica de urgencia. El cuadro se había complicado y la bailarina se sometió a una operación.
Tras la preocupación y la angustia, Silvina salió a revelar detalles de lo que sucedió, de los motivos que motorizaron este accionar raudo de los profesionales de la salud. “Le hicieron todos los estudios y decidieron que había que intervenirla de urgencia por la vesícula, pero cuando la estaban operando se dieron cuenta que también había que sacar el apéndice”, explicó.
La panelista de Los Mammones agregó más datos del estado actual de Vanina y contó: “En fin, terminó siendo una cirugía mucho más compleja y grande de lo que se creía porque se juntaron muchas otras cosas. Todavía sigue internada recuperándose”.
