Gran Hermano 2007 dejó su huella, con una camada de muchos participantes talentosos para el juego y también para construir su camino post reality. Esa edición que ganó Bam Bam y que tuvo a Cinthia Fernández, Andrea Rincón y Floppy Tesouro. Otra de las bellas que emergió de esa casa fue Mariana Mancini, que deslumbró con su belleza y espontaneidad.
La porteña transitó durante 42 días en el programa, hasta que un día resolvió salir por motu propio por cansancio y deseo de ver a su familia. Eso permitió el ingreso de Tesouro. Desde aquella experiencia masiva atravesó un tiempo bajo los flashes, hizo temporadas de teatro y su figura engalanó varias revistas.
Pero, al poco tiempo decidió alejarse del ruido y dedicarse a su proyecto personal. Por eso Paparazzi se contactó con Mariana para conocer su actualidad y el recuerdo de su paso por GH.
“Se dio la oportunidad de entrar, era fanática de Gran Hermano, me presenté y quedé. Me encantó la experiencia, la viví super contenta”, describió Mancini.
Entonces narró las vicisitudes de lo que le sucedió después. “Trabajé en desfiles y obras de teatro, me gustó. Pero me alejé del medio porque quizás mi personalidad no era compatible, igual muy contenta de todo eso que experimenté. Es cierto que tampoco se me presentaron tantas propuestas, pero tenía que ver con que no me hallaba y creo que no me gustaba tanto estar en el medio”, sostuvo.
Una de las actividades que desarrollaba antes de sumergirse en la casa más famosa y que continuó por varios años fue la de relaciones públicas de boliches. “Era parte del staff que organizaba fiestas electrónicas como la Ultra Buenos Aires y Mandarine Park, también trabajaba en Punta Carrasco y organizaba los VIPs.”, exteriorizó.
Mariana y la vida familiar
La morocha posee un rasgo atípico para la farándula, que no se repite con frecuencia. Previo a su paso por GH, Mariana ya estaba en pareja, con el mismo hombre que todavía la acompaña, Alejandro, con quien ya va 17 años de amor. De hecho, hace cinco años se convirtieron en papás de Brunella.
“Desde que nació Bru dejé de trabajar, hice algunas cositas mías, pero ya no me dediqué más a la noche, que era algo que me gusta mucho. Por suerte no necesito trabajar, soy mamá full time”, detalló.
Continúa con su figura tallada a mano, la sonrisa a flor de piel, y su encanto. Pero todas sus energías se dirigen a la vida familiar, la que disfruta y cobija.
