Nacida y criada en Concordia, la segunda ciudad de Entre Ríos, en la que busca abrigo y cobijo cuando necesita "poner los pies sobre la tierra", desenchufarse, desahogarse y pensar con cierta calma cómo encarar el futuro, Valeria Larrarte se prepara para afrontar, curiosamente, un tiempo de discordia: acaba de contratar a Ana Rosenfeld para dirimir el millonario divorcio que enfrenta con quien fuera su esposo por un cuarto de siglo, el cantautor Coti Sorokin.
Desde octubre de 2019, Valeria y Coti son ex mujer y marido y ex socios artísticos y comerciales. Para siempre, para toda su vida, son los padres de 4 hermosos hijos, curiosamente dos pares de mellizos. Poco después de casarse, en 1995, tuvieron a los primeros dos, Ivan y Maia. 9 años más tarde llegaron Dylan y Leyre. Se trata de un caso poco frecuente en todo el planeta.
Valeria y Coti se conocieron en Concordia, una ciudad recostada sobre la margen del río Uruguay en el norte de Entre Ríos famosa por sus plantaciones de naranjas, la represa de Salto Grande, sus carnavales y sus aguas termales, muy visitadas en toda la provincia. El era un muchacho que venía de Rosario con la bohemia de los que se saben artistas desde chicos, y ella era una de las muchachas más bonitas de la zona. Se pusieron de novios.
El amor fue intenso de movida. Las novedades también. Al poco tiempo ella estaba embarazada. Y por "duplicado". "Durante una semana no hablamos del tema, el impacto fue fuerte y lo encaramos juntos" contó Coti, alguna vez, en un reportaje. Ya vivían en Buenos Aires y el éxito había dado los primeros golpes a la puerta de la familia.
De carácter fuerte y emprendedor desde pequeña, Valeria trascendió al rol de madre que la sociedad de aquella época -mediados de los 90- le asignaba de manera directa. Se convirtió en la socia perfecta de su marido, con quien compuso canciones y hasta diseñó giras y presentaciones.
Solo para dar un ejemplo, es una de las creadoras del hiper exitoso tema "Te quise tanto" ("Te quise tanto que supe entregarte enterita mi alma/Te quise tanto que nunca escuche lo que hablaban de ti/Te quise tanto que parta olvidarte una vida no alcanza, me queda perder la esperanza de andar por el mundo buscando por ti") que Paulina Rubio hizo famosa en todo el mundo.
"Ex de todo lo que se pueda ser ex" agregó en su biografía de redes sociales esta mujer que anda entre los 45 y los 50, gusta de viajar por distintos lugares del mundo, deslumbra con su cuerpo en las redes sociales ("es increíble cómo te mantenés", "no podés estar así después de parir a 4 hijos", "tenés que pasar la receta" son los comentarios que mas se repiten cuando cuelga sus fotos a Instagram) y planea ir por todo en medio de los rumores que vinculan a su ex en un romance con Juana Viale, nada más y nada menos.
A Valeria la cuarentena la encontró sola. Sola en cuanto a pareja, pues sus hijos están muy presentes en su vida, claro. Fue un tiempo que aprovechó para mirarse mucho al interior y que se le hizo bastante largo, como a todo el mundo. Entre tras cosas, "redescrubrió" algunos placeres como darse un tiempo para saborear una dulce copa de vino tinto, por ejemplo. O "reencontrarse con el fernet", como escribió ella misma.
Buena amiga de sus amigas, compinche, pata y confidente, se apoyó mucho en ellas y en otros seres cercanos para transitar el doloroso momento de la separación tras 25 años de relación. El proyecto de vida que, de alguna manera, quedaba trunco después de tanto tiempo.
"Cerca o lejos, siempre vas a ser mi socio más importante" le puso ella, hace unos meses, cuando ya estaban distanciados pero aun mantenía cierta expectativa de reflotar el vínculo. Algunas cosas la llevaron a pensar de otra forma. Enterarse por los medios de la existencia de un video que grabó con Juana Viale -cuando ella aún mantiene una relación comerciales con él- fue la gota que colmo el vaso de su paciencia.
Valeria contrató a Ana Rosenfeld. Y la abogada, conocida como el "terror de los maridos", prepara munición gruesa para atacar con todo. Ya se habla de uno de los juicios de divorcio más pesados desde el punto de vista económico. Los dos han amasado una enorme fortuna por derechos de autoría de canciones mundialmente famosas ("Color esperanza", por caso) y tanto el lucro pasado como las ganancias que darán en el futuro (tributan cada vez que se pasan) serán motivo de una batalla judicial de dimensiones imprevisibles.
Venían bien, pero... La "concordia", tan presente en la vida de los dos, se evaporó cuando apareció una supuesta tercera en "discordia". La vida misma.
