Todos los que pasan por MasterChef suelen coincidir en que, de los tres miembros del jurado, Donato de Santis es el más tranquilo y amigable. Lejos de la ironía cáustica de Damián Betular, o de la exigencia que raya la maldad de Martitegui, Donato siempre muestra buena cara.
Y quizás esto tenga que ver con su modo de tomarse la vida, más zen. Nada de consignas pseudo espirituales y frívolas de moda como “soltar” o “si sucede conviene”, De Santis tiene una profunda veta espiritual que empezó a cultivar de muy joven, cuando llegó a vivir retirado del mundanal ruido.
"El señor fue Hare Krishna y vivió en un templo…", lo presentó Germán Paoloski en No es tan tarde, el late night show de Telefe. "En realidad, fue en un ashram. Son estos lugares que, en los años setenta, no tenían muy buena fama porque iban los drogadictos. Yo era muy joven", explicó.
¿Cómo empezó para Donato esta aventura religiosa? Siguiendo los pasos de otra persona, como suele suceder. "Yo acompañé a una amiga, una novia, en realidad. Era muy joven. La acompañé porque ella quería ir a visitar, y me quedé tan enganchado que me quedé semanas”, recordó.
El chef contó que su idea inicial era acompañar a la chica hasta la entrada, “pero entré y no salí más", dijo, sobre este grupo Hare Krishna que pertenecía a una corriente budista. Además, aseguró que continúa en esa línea: “Yo sigo siendo budista aunque, obviamente, he cambiado”.
“He profundizado, hoy sigo una corriente menos comercial que está basada en el Japón. Me cambió la vida”, aseguró, antes de revelar que reza “dos veces al día”. ¿Tenían este dato?
