Michael Bublé cantará muy bien y habrá armado una familia hermosa junto a Luisana Lopilato, con quien tienen a Noah, Elías y Vida. Sin embargo, a pesar de que todo le sonríe, el canadiense no sería lo que se dice, "un as" en los negocios inmobiliarios.
Como muestra de su mala suerte basta con ver el pésimo negocio que Bublé hizo al vender su fastuosa mansión de soltero, esa en la que vivió la “vida loca” antes de conocer a Lu y en la que pasaron los primeros ocho años de casados, pero que terminó entregando por casi la mitad de lo que pedía.
La mansión que la pareja puso en venta poco antes del arranque de la pandemia que cambió todas las reglas del juego, tenía un valor inicial que rondaba los tres millones de dólares. Sin suerte con ese valor de mercado, el crooner decidió desprenderse de su querido “bulín” por 1.8 millones.
Claro que la casa lo tenía todo para valer esa carretilla de billetes verdes, además de muchos recuerdos. Descripta por la inmobiliaria como una “mansión palaciega” con “vistas que quitan el aliento”, la propiedad está ubicada sobre un jardín que se extiende sobre 914 metros cuadrados.
¿Y los amenities? Por supuesto, sobran: jacuzzi, pileta con agua salada, un sector para hacer fogatas y amenizar las noches frente al océano Pacífico y más detalles que hacen de esta mansión un paraíso por el que, sin embargo, no quisieron pagar de más.
La casa es enorme, ocupa 700 metros cuadrados, cinco amplias habitaciones en suite, terraza cubierta con hermosas vistas al jardín y al fiordo. Además, tiene sala de cine, sala de juegos y una bodega profesional. Pero, lamentablemente, nada de eso alcanzó para convencer a los posibles compradores.
Por dentro el diseño también es muy fino, además de contar con amplios espacios, los ambientes tienen muebles empotrados, detalles en maderas nobles y todo tipo de características a puro lujo, como una impresionante escalera caracol.
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