Abocado al mundo del fútbol, el regreso de Marcelo Tinelli a la pantalla chica está cada vez más lejano. Si bien estaba previsto que ShowMatch vuelva entre julio y agosto, no será posible.
Con cientos de miles de casos confirmados y la lamentable muerte de más de 2.000 personas por Covid 19, el conductor no tiene autorizado el protocolo para hacer el programa que hubiese querido, y cree que en lo que resta del año tampoco lo logrará.
A consecuencia, por el adelanto monetario que durante todo este tiempo le fue dando El trece para ese ciclo, es que arranca Cantando por un sueño, la próxima semana… Algún producto de Laflia había que poner al aire.
Pero en medio de la marea profesional que intenta surfear, el dirigente de San Lorenzo también tiene por delante resolver temas vinculados a la televisación del deporte.
"El problema es que el hace lo que considera a nivel laboral y no dedica tiempo para la familia", contaron desde el entorno de la ex pareja.
La fecha prevista para el comienzo de la Copa Libertadores es el próximo 15 de septiembre, en la que participarán cinco clubes de la Argentina que todavía no empezaron a entrenar, y ese conflicto también lo tiene en jaque.
LA TRAICION
Pero más allá de las dificultades e incertidumbres laborales, una de las grandes preocupaciones del papá de cinco hijos es Guillermina Valdés. Lejos de lo que desearía el entorno más allegado, la mujer con la que compartió sus últimos ocho años, no querría saber nada de nada con una posible reconciliación.
Claro, como fue ella quien tomó la decisión de separarse, sigue firme en su convicción a consecuencia de un enojo que arrastra desde el mes de febrero y que la ex modelo vivió como una “traición”. “Quería contarles que con Guillermina estamos atravesando una crisis y hemos decidido separarnos después de casi 8 años maravillosos”, publicó el propio Marcelo, en sus redes, en junio.
"El se mandó una macana muy grande dando cheques en el mes de febrero a los empleados de la empresa de Valdés", contaron allegados.
“Sentimos que es lo mejor para los dos y compartimos un hijo maravilloso y amado, que va a tener siempre a sus papás presentes”, sumó el cabezón a su escrito en Instagram. Entre las conjeturas que se dijeron en ese momento, se habló de un malestar en la pareja que venía de antes de que viajen a Esquel, el polémico ida y vuelta que hicieron al comienzo de la cuarentena.
Y el motivo tiene que ver con la fisura que generó en la pareja una entrega de cheques que habría autorizado Tinelli a los empleados de la empresa de calzado y accesorios de Valdés. Los cheques habrían sido rechazados por no contar con fondos.
Ese habría sido el gran detonante porque fue algo que ella no vio con buenos ojos y, hasta el momento, no perdonó. “Guillermina no quiere saber nada con volver con Marcelo. El problema es que el hace lo que considera a nivel laboral y no dedica tiempo para la familia”, contó un allegado al círculo íntimo.
“Y a su vez el se mandó una macana muy grande dando cheques en el mes de febrero a los empleados de la empresa de Valdés, cheques que no tendrían fondos. Esa sería la traición que Guillermina no perdona”, terminó.