La historia entre Cinthia Fernández y Matías Defederico siempre entregó capítulos de toda índole, con un permanente escenario de reclamos, de recriminaciones y de acusaciones. Incluso también transitó por un periodo de cierta paz, en el comienzo de la cuarentena.
Nunca se supo con total claridad los motivos para el divorcio, hace ya tres años, pero en la atmósfera sobrevolaron indicios de infidelidad del exfutbolista y algunas situaciones de convivencia muy sórdidas. Claro que después todo viró a las denuncias por el incumplimiento de la cuota alimentaria de las tres niñas.
El lunes, Defederico visitó el piso de Intrusos y largó un centenar de declaraciones respecto a Cinthia. En ese contexto, el exdelantero dejó en el aire una posible circunstancia de la morocha que desató la ruptura: “Tal vez quedó algo que no hablamos, que tendríamos que haber conversado en privado y no se habló. No tengo nada por lo cual pedirle disculpas”.
Esa entrevista presuponía una reacción de la panelista, más en tono explosivo, pero la respuesta llegó con otro matiz, más relacionado con un sufrimiento. En primera instancia, Cinthia contó una maniobra que hizo: “Él estaba celoso de una persona que estaba mucho tiempo conmigo por cuestiones laborales. A mi amigo le había puesto ‘¿Cómo estás? Qué ganas de estar ahí y darte un beso’. Y a propósito dejé el teléfono donde estaba Matías, porque él siempre me revisaba”.
En la continuidad de ese relato, la bailarina narró la reacción de Matías: “Dejé el teléfono y me fui a dormir. Cuando él volvió a las 8 de la mañana, lo vio y dijo ‘qué es esto, hija de p…, me estás cagando’. Y él me tiene amenazada con ese mensaje. En ese momento, le dije que ya no sabía más que hacer para que me diera bola, para que me haga sentir mujer y no esté en un boliche”.
Con mucha dificultad para expresarse, por las emociones en su interior, Cinthia agregó: “Él me tiene amenazada con mostrar ese mensaje, como dejándome como una puta, porque siempre el argumento básico es que yo soy la puta y la trola. Hoy yo me siento libre, porque a mí siempre me dio vergüenza. Ojalá lo hubiera cagado”.
Hasta que las lágrimas se apoderaron de ella, así Fernández dio a entender lo que sucedió después en ese día: “Me liberé de un montón de cosas, porque realmente la pasé mal. Y nunca hablé, y estuve muchos años”.
Luego llegó el momento de mayor quiebre, cuando habló entrelíneas de un episodio violento: “Yo me fui a Chile, a Arica (en 2016), donde hay un solo hospital en el que pueden saber que hubo una entrada mía… hace muchísimos años me pasó esto. No saben lo que fue realmente, y estuve sola. No tenía un mango para poder ir a la agencia de viajes y poder volverme sola. Tardé tres años en decírselo a mi mamá”.
"Hace muchísimos años me pasó esto. No saben lo que fue realmente, y estuve sola.estoy siendo discreta, no conté. Tengo fotos de todo… ¡De todo!", confesó Cinthia.
Algo desconcertado, Ángel de Brito preguntó: “¿Tanto te angustiaba esto?”. Ahí Cinthia especificó que no le duele esa falsa infidelidad sino algo más grave: “No, no es por esto. Es por lo que yo viví, esto es una pelotudez. Yo lo amenazaba con contar esto, y estoy siendo discreta, no conté. Tengo fotos de todo… ¡De todo!”.
