Sorprendió a todo el mundo con esa confesión en medio de la pista del Cantando. Aquella noche en la que Adabel Guerrero contó que cohabita con la exmujer de su marido Martín Lamela. Una decisión peculiar, pero súper respetable. Eso no era todo, porque también englobaba un mudanza kilométrica.
Claro que para la convivencia con Claudia Escobar, la madre de tres hijos de Lamela, implicaba un espacio considerable, lo que no podía producirse en el coqueto departamento de la bailarina. Después de trece años en propiedad horizontal, la platense logró modificar su entorno y se alejó la ciudad.
Guerrero, y toda esa enorme familia, ahora disfrutan de las mieles de vivir en un barrio privado, donde abunda el espacio, para así disponer de una cantidad de ambientes ideal para los cuatro niños, además de la exmujer del marido.
La excelsa artista fue contando en sus redes sociales el paso a paso, por eso hace varios meses que describe la tediosa mudanza, que encima disponía de la dificultad de los kilómetros que separan la city porteña con el country.
Justamente el Instagram de la blonda se erige en una ventana a la intimidad de su hogar, y también a la fastuosidad del barrio. Con diferentes fotos y videos, Adabel permite tomar una referencia de una propiedad muy espaciosa, con un living enorme, en el que se destacan los muebles del juego de comedor, así como los sillones.
El ambiente principal tiene una conexión con el jardín, lo que otorga una vista integrada con la naturaleza y a partir de un ventanal se puede acceder al exterior, donde brilla una muy linda piscina, que será el escenario para el divertimento de los niños en el verano.
Dentro de las comodidades de la casa, Guerrero logró armarse un rincón personal, donde hay luces profesionales, cuadros de Marilyn Monroe y demás cuestiones relacionadas con la actividad profesional.
Uno de los anhelos de Adabel pasaba por brindarle a su hija Lola de la posibilidad de jugar, de correr, de disfrutar. Así este fin de semana, Guerrero posteó varias fotos de toda la familia andando en bici por las calles internas del country, así como del pasto de las zonas comunes.
En definitiva, Adabel experimenta un giro radical en su vida, con la ex de su marido como mejor amiga y con un entorno edilicio espectacular.
