Se encendió la mecha de la bomba, otra vez explotó por los aires el escándalo, la polémica, los cuestionamientos y las versiones cruzadas del Wandagate. El caso que paralizó al país, y varios países del mundo, regresó con furia a la opinión pública.
Aunque parezca mentira, las secuelas de la infidelidad de Mauro Icardi a Wanda Nara con ese encuentro clandestino, y desleal, con la China Suárez en una habitación oscura de un hotel de lujo de París se reactivó y disparó esquirlas por todas las direcciones.
María Eugenia le volvió a escribir al delantero, se contactó por el WhatsApp para intentar coordinar otro momento de pasión, otro episodio de lujuria, dado que viajará a Europa en breve. Claro que no se percató que el futbolista le enviaría esa captura a su esposa.
Estas revelaciones escalaron hasta límites estruendosos, dado que la propia Wanda se animó a opinar en público de lo que piensa de la China y soltó: “No le importa nada. Lastimó a muchas familias. Es mala mina. Estamos hablando de la misma que acariciaba un embarazo y se acostaba con el marido en un camarín. Y al tiempo quedó ella embarazada. Me espero todo lo peor de ella”.
Frente a todo este ruido, a este rebote furioso de la nueva intromisión de la China en el matrimonio de Wanda, Marcelo Polino encendió su máquina de investigación y se sumergió en las entrañas del círculo más íntimo de la ex de Benjamín Vicuña en búsqueda de información calificada.
De ese modo, el periodista consiguió recopilar datos sobre la reacción de Suárez ante estas noticias atronadora y contó: "Una persona allegada a ella me comentó que ella no quiere saber nada sobre el entorno de Wanda e Icardi. Me dijo que ni en ped*, que no quiere saber nada con Mauro ni con esa gente".
