Desde que se confirmó la separación de Nicolás Cabré y Laurita Fernández, las noticias circularon en torno a cómo “sobrelleva” sus días la bailarina. Se supo que regresó a su departamento en el barrio de Saavedra, que sale poco y nada, sólo a hacer las compras, que aprovecha su tiempo para bailar y que también hay días en que el “bajón” la atrapa.
Pero la realidad del actor es distinta. Si bien respeta el Aislamiento Social Preventivo que continuará hasta fines de junio, lejos de estar solo en su casa comparte muchos días y noches con Rufina, su gran debilidad. Con la China Suárez tienen divididos los días en que la niña está en la casa de cada uno de sus padres, y eso también se respeta aunque haya cuarentena.
Amante de la higiene y de la limpieza, no sólo por la pandemia que aún hoy persigue a muchos territorios, el galán es quien se encarga, con sus propias manos, de que su propiedad, en un barrio privado de zona norte, brille por todos los costados. Uno de los lugares que más tiempo le lleva ordenar es su vestidor, que si bien quedó con más lugar desde que Laurita dejó de vivir con él, tiene tanta variedad de prendas que no se acomoda de un momento al otro.
"Me viene bien parar de vez en cuando. Soy hermoso cuando estoy sin trabajar", contó Nico.
Aficionado a la cocina, Cabré sabe “secretitos” sobre distintas recetas que aprendió no sólo de su mamá, sino de la curiosidad gourmet, y hace sus propios “experimentos” en la cocina, más ahora que no puede salir a almorzar o cenar a restaurantes como tampoco a las pizzerías que solía recorrer cuando con un amigo de años y su hija, iban a ver a Vélez, el equipo de sus amores.
Con ansias de volver al running, ahora sabe que podrá recuperar el hábito de salir a correr, está entusiasmado porque es una actividad que lo motivó en los últimos tiempos. “Empecé a correr porque me hacía bien. Había dejado de fumar y tenía la necesidad de hacer algo con el cuerpo. Y eso me salvó la vida”, dijo en su momento.
“Disfruto, me hace bien al cuerpo y a la cabeza. Quiero tratar de estar sano, me doy cuenta de que el tiempo pasa. No lo hago por la estética, simplemente quiero vivir bien por muchos años. Quiero ver a mi hija crecer y desarrollarse lo más que pueda”.
LEJOS DE LA ACTUACION, CASI POR ELECCION
En momentos donde muchos artistas “sufren” por la falta de trabajo y de ingresos económicos, Nicolás no padece esas preocupaciones, ya que recibe alquileres de propiedades que adquirió con los años de trabajo.
Más allá de la falta de actividad artística que impone la cuarentena, para este año había elegido mantenerse lejos del trabajo, después de su temporada de verano en Mar del Plata.
“Me viene bien parar de vez en cuando. Soy hermoso cuando estoy sin trabajar. No me gustaría abrir los ojos, que me digan "Rufina cumplió 18 años" y no haberme dado cuenta. Quiero prestarle atención a las cosas que realmente valen la pena”, confió Cabré, feliz por el parate laboral que está teniendo, y después de “aparecer” en redes para promocionar una campaña de donación de sangre.
