"Antes de estornudar, Patricio Giménez le pide permiso a Susana". La frase, repetida como mantra en el ambiente de la farándula, sirve para explicar la teoría que echó a rodar por estos días y cobró fuerza inusitada en las últimas horas: según lo que se dice, los virulentos ataques del cantante a Jorge Rial están motivados y son alentados por la diva, quien se cansó de las críticas del conductor de Intrusos y los comentarios de que vive un "exilio dorado" en Punta del Este. De ninguna manera, dicen, el muchacho hubiera grabado siquiera un "buen día" sin la aprobación, el visto bueno o el apoyo de su hermana.
En los últimos años, Susana Giménez ha manifestado sus simpatías y sus desagrados en materia política. La diva expresó su adhesión a la posibilidad de que Mauricio Macri accediera a la primera magistratura -algo que sucedió en 2015- y, por el contrario, se mostró escéptica frente a los gobiernos peronistas que precedieron y ahora sucedieron al de Juntos por el Cambio. De Cristina Fernández de Kirchner fue bastante crítica. Con Alberto Fernández no sólo intensificó su mirada opositora, sino que además se fue del país. Con la explosión de la pandemia, decidió alojarse en Punta del Este.
Rial no se ha declarado abiertamente como un simpatizante kirchnerista, pero en algún reportaje reivindicó su apoyo a los preceptos del peronismo, y aunque fue bastante blando con Macri tanto en la campaña electoral que lo llevó a la presidencia como en los primeros tiempos de su gestión, ya para la mitad de su mandato se había convertido en uno de sus principales detractores públicos. Si bien Intrusos habla de chimentos y de farándula, también es un programa que acompaña los sentires y las vivencias populares.
Todo indica que Susana se cansó de que Rial diga que ella "inició el exilio dorado de los millonarios en Punta del Este" y de que la critique por sus posturas políticas, y entonces liberó a su hermano, que a puro video hizo estallar al Intruso un par de veces.
Políticamente ubicados en veredas diferentes y muy distantes, Rial y Susana cruzaron varios dardos por expresiones que hicieron públicas. La mirada negativa de Rial a ciertas actitudes de la estrella se intensificó en estos meses de cuarentena, cuando la diva volvió a calificar a la Argentina como "un país donde es difícil vivir" y se instaló en su chacra de 10 millones de dólares en Punta del Este.
A la diva la siguieron otros. El Negro Oro y Andrea Frigerio, por ejemplo. También su hermano Patricio, a quien se dice que lo mantiene económicamente. Hubo quienes manifestaron su deseo de cruzar el charco, pero se quedaron. Rial no anduvo con vueltas: dijo que se trata de un "exilio dorado" que nada tiene que ver con aquel que otros artistas debieron emprender en los 70 por sufrir persecución política.
"No tiene nada que ver una cosa con la otra. Estos son millonarios que se refugian en sus mansiones en Punta del Este, aquellos eran militantes que se escapaban con lo que tenían puesto, y si podían, de una muerte segura" repiqueteó el Intruso uno y otra vez en su programa. A fuerza de repeticiones y de insistencia, terminó imponiendo "exilio dorado" como marca registrada de su mirada ácida hacia la peregrinación que encabezó Susana.
Pero todo indica que la diva se cansó de los ácidos ataques de Rial. Que se hartó de sus chistes, y sobre todo de su cercanía con el gobierno nacional, a la que no cree natural. Que "está podrida y hasta las pelotas" -así se lo escucharon decir- de que sus comentarios por elevación siempre tengan aroma a critica. Y que para quitarle poder de fuego "liberó" el accionar de su hermano.
Primero, con un video donde rompía un billete de 100 pesos. Cuentan que ella y él celebraron cuando "Rial picó" y dijo lo suyo en Intrusos, porque eso los habilitó a armar una serie de videos donde fueron por todo en contra del conductor, y así cayeron en la volteada su mujer y su hija. En todas las filmaciones, Patricio aparece con un filtro del Guasón, el personaje de Batman. Algunos ven, allí, un mensaje que sólo la diva y el Intruso entienden.
Es una teoría. Veremos cuánto hay de realidad.
