El amor se disipó, se esfumó en el aire y anunció el desenlace de esa historia. La China Suárez y Benjamín Vicuña separaron sus caminos en septiembre de 2021, en un cierre controversial, teñido por versiones de una relación clandestina de la actriz con Nicolás Furtado.
La pareja armó un nido de amor durante su relación en un barrio privado de Los Polvorines, una casona muy generosa, de dimensiones estrafalarias. En esa propiedad, María Eugenia bañó de contenidos sus redes sociales, sobre todo con el jardín como protagonista.
Lo llamativo de esa mansión se descubrió hace unos días y se vincula con que el alquiler se lo abonaban al dueño, que era Fabián Gianola, nada más y nada menos. Un giro inesperado. No obstante, lo más explosivo de toda esta trama refiere al estado en el que abandonaron la casa.
En diversos medios se informó que Benjamín y la China destrozaron el hogar de Gianola, con daños muy graves, que derivaron en el cobro del depósito, que constaba de una cifra onerosa de 9 mil dólares. Dentro de la descripción del deterioro se reveló la rotura de muchos muebles por acción de los perros. Incluso, contaron que encontraron una alfombra de lana, hecha a mano, manchada por popó de los animales.
Este martes, en el ciclo A la tarde, de América, agregaron más detalles del accionar poco ético de Suárez y Vicuña. En ese raid, Cora Debarbieri explicó: “Está en el barrio San Jorge, tiene 3 mil metros cuadrados. Ella siempre estaba muy feliz con esa galería, donde realizó más de un festejo, cumpleaños, Navidad, Año Nuevo. Tiene 4 dormitorios, 5 baños y 2 cocheras”.
La panelista añadió una teoría sobre lo que podría ser el origen de los daños a la propiedad: “Había algo que trascendió que molestaba mucho a Benja en la convivencia, es que la China era más descontracturada, no tan ordenada, y organizada con las tareas de las casa. Eso rozaba mucho con Vicuña, que es más organizado. Quizás los destrozos tengan que ver con esto”.
Por otra parte, en Mañanísima, la cronista Celina Hernández especificó más pormenores de la influencia negativa de la pareja en la casa de Gianola: “Había sillones, divinos, de cuero, arañados por los perros. Colchones con las plumas para afuera, también arañados por los perros... Patas de muebles mordidas por los perros y pillados. Un desastre".
