Para los que durmieron con el último capítulo del Wandagate, se los resumimos “así nomás”. Básicamente, luego de descubrir que Mauro Icardi se encontró con la China Suárez en un hotel de París y jurar venganza y divorcio, Wanda Nara lo volvió a perdonar y volaron a Dubai para sellar su reconciliación exprés.
Es que, en ese meeting que prometía horas desenfrenadas de sexo apasionado, supuestamente “no pasó nada”, porque a Icardi le pasó algo muy común y normal: los nervios después de tanta expectativa le jugaron en contra y no pudo, según aseguró la misma China, “consumar” el acto.
Si ese es un atenuante para Wanda, no somos quienes para juzgarlo. Lo cierto es que, hoy por hoy, la pareja que casi se cae a pedazos anda gritando a los cuatro vientos que está en su mejor momento, que darían la vida el uno por el otro, etc. etc…
¿Y la China, en qué anda? Está muy en otra, señores. Lejos del escándalo, la actriz cambió las locaciones chic europeas por los paisajes norteños, ya que está rodando en Jujuy escenas para la película Objetos, la producción que inicialmente la llevó al Viejo Mundo donde se armó todo el lío.
Desde el tranquilo pueblito de Tilcara, mientras disfruta con su hija Magnolia de la comida típica, y entre humitas, quesillo de cabra, empanadas y peñas folklóricas, gorritos de lana multicolor, y melodías de sicus y quenas, Eugenia compartió una sentida reflexión que la diferencia de “la parejita feliz”.
“It´s never too late to be whoever you want to be”, o "Nunca es tarde para ser quien quieras ser", fue la frase que la ex de Benjamín Vicuña subió a sus historias de Instagram, como una reivindicación de su autonomía y singularidad.
