Si al común de los mortales les puede llevar años atravesar volver a apostar al amor, en el mundo de las celebridades eso, aparentemente, es cosa fácil. Pero nada es color de rosas, señores y señoras, porque hasta Benjamín Vicuña, el más famoso de los galanes chilenos, es un mar de dudas a la hora de arrancar una nueva relación.
Y sí, es que en las últimas horas se supo que Vicuña encontró consuelo tras su separación de la China Suárez (y ni que hablar del Wandagate) en los brazos de Romina Pigretti, una empresaria que fue socia de Mica Tinelli en su marca Ginebra.
La cuestión es que la relación empezó hace poquito y con perfil muy bajo. Sin embargo, a pesar de que el chileno se cuidó de encontrarse con ella en lugares reservados y fuera de los flashes, para resguardar la intimidad de estos primeros encuentros, la bomba del romance explotó.
Y parece que a Vicuña no le habría gustado nada de nada el estado público que tomó la relación, si es que así se puede llamar a ese estado de las cosas, después de unas pocas salidas para conocerse y “ver qué onda”.
Así lo dijo Pía Shaw en LAM, cuando contó lo que dicen en el entorno cercano del ex de Pampita y la China Suárez. “Me sorprende que haya salido esta información. Sí, es cierto que fuimos a lugares públicos, fueron solo tres salidas, dos almuerzos en el mismo restaurante y una cena”, transmitió la angelita que él comentó.
A lo que Yanina Latorre agregó lo que el actor sospecha: que la historia se supo porque fue ella la que la filtró a los medios. Para abonar esta teoría, está la versión que corre entre los cercanos a Benja: que hay buena onda, que ella es “copada”, y que no es nada serio.
“En el entorno de ella dicen que son novios”, indicó, en cambio, Yanina, sobre la etiqueta que quedó instalada entre los amigos de la Pigretti, que a semanas de conocer a Vicuña ya está envuelta en una controversia. Si empezamos así...
