La gigantesca indignación que se generó en las redes sociales por la "casa que Florencia Peña" mostró en el programa de Marley -finalmente se supo que no era de ella, sino alquilada o prestada para la ocasión- quedó reducida a la nada al conocerse que los vecinos de Nordelta pasaron de las palabras a los hechos y presentaron "9 demadas" por violaciones al reglamento interno establecido para frenar el avance del Covid 19.
El último domingo, Marley ingresó a Nordelta y desde allí condujo la emisión de "Por el mundo" en la supuesta casa de Florencia Peña. La vivienda impactó por la suntuosidad de sus instalaciones: tenía jardín con gazebos, piscina iluminada, muelle propio, salida al lago y un embarcadero para botes y barquitos de diferente eslora.
Twitter explotó de furia. Los comentarios más repetidos fueron "pero esta mujer el año pasado no decía que no tenía para comer" y que "hasta el año pasado la pasaba horrible, pero parece que sus simpatías políticas hicieron efecto". Peña contestó que "todo lo que tiene se lo ganó con su trabajo".
Pero de acuerdo a lo que contó Rodrigo Lussich en uno de sus simpáticos escandalones de Intrusos, los vecinos de Nordelta no agotaron su fastidio en 280 caracteres, sino que fueron por más y presentaron "9 pedidos de multa" por infracciones a distintos "puntos" del reglamento del barrio privado.
"A Nordelta no puede entrar nadie, y de repente se encontraron con Marley y su runfla de productores", dijeron en Intrusos.
Frente a la llegada del Coronavirus, allá por marzo, en este tipo de lugares se establecieron normativas muy estrictas a fin de evitar contagios y brotes. Los controles son rigurosos y las sanciones, pesadas y sobre todo dolorosas: pueden ser multas muy fuertes economicamente hablando.
Según Lussich, "en Nordelta no puede entrar nadie, hay gente que hace meses que no ve a sus familiares, y de repente ven a Marley y a toda su runfla de productores, camarógrafos y técnicos y enfurecieron. Los quieren hacer pagar. Parece que hasta Mirko va a caer en la demanda".
LA CASA NO ERA DE FLORENCIA PEÑA
Un rato antes, en el mismo espacio, se había develado una incógnita más profunda aún. Lussich y Adrián Pallares se encargaron de aclarar que la tan polémica "casa de los dos millones de dólares" no era, finalmente, de la actriz, sino que había sido prestada o alquilada (en ese punto las versiones se contraponen) para el evento.
Lussich abonó la idea del préstamo por una refacción que Peña está llevando adelante en su verdadero domicilio, mientras Palleres sostuvo que la propiedad fue alquilada por Telefe, teoría que apoyó con el recuerdo de que ya había sido utilizada en el programa "Divina comida".
Con su particular estilo, Lussich dio su información y aseguró que estaba basada en "muy buenas fuentes". Pallares, por su parte, fue un poco más contundente que su compañero uruguayo y sentenció que "solamente un bobo podía pensar que esa casa es de Florencia Peña".
Otra información que giró en torno de la polémica propiedad es que en sus alrededores tenía una casa la modelo Karina Jelinek. También fue desmentido. En realidad, quien vive por allí es uno de sus hermanos.
