Hace algunas semanas atrás se conoció la delicada noticia de que Soledad Aquino, la primera esposa de Marcelo Tinelli, había sido internada de urgencia en la Clínica Trinidad de Palermo tras sufrir una hemorragia digestiva causada por una infección y una úlcera de duodeno, la cual se vio sumamente complicada por tratarse de una paciente con cirrosis hepática.
Luego de realizarse una endoscopia y los estudios correspondientes para determinar su cuadro, los profesionales de la salud optaron por dejarla bajo supervisión constante y, a pesar de que lograron estabilizarla, su estado de salud aún continúa siendo delicado.
Tanto el conductor de ShowMatch como sus hijas, Micaela y Candelaria, se hicieron eco de esta noticia y, cada uno en su medida, reveló detalles de cómo continúa la evolución de Soledad. Fue el empresario quien en una charla con Los Ángeles de la Mañana se animó a brindar información y confesó que todos juntos la están luchando.
“Está internada, no digo que fuera de peligro porque sigue en terapia, pero está bien. Nos estuvimos divirtiendo mucho,recordando, fui con Guillermina también.También estaban Mica y Cande”, dijo.
Sin embargo, desde el núcleo más cercano a Aquino, se conoció que quien siempre está presente es Micaela, que a pesar de contar con horarios reducidos de visita -no solo por estar en terapia intensiva, sino también a causa de la pandemia- se hace presente a diario para poder acompañar a su mamá y ayudarla con las movilidades básicas como alimentarse o sostenerla para que camine dentro de la habitación.
Pero lo llamativo fue la ausencia de Candelaria, quien al recibir la noticia se encontraba en Europa junto a su novio Coti Sorokin, y al regresar se acercó en pocas oportunidades a la clínica.
Según pudo conocer en exclusiva Paparazzi, los motivos de su distanciamiento se deben a que ambas tienen un carácter bastante fuerte y suelen chocar ante cada situación que se presenta, especialmente, de esta magnitud.
“Se aman. Pero la relación es tirante”, confesaron allegados a la influencer y a Soledad, quien pronto podría recibir el alta y regresaría a su hogar para continuar con la recuperación, pero alejada de los elementos médicos y rodeada de sus afectos y las comodidades de su propia casa.
