Apenas un poco más de un año. Ese lapso exiguo fue la duración del matrimonio entre Fabián Doman y María Laura de Lillo, quienes sellaron su amor en el registro civil a fines de junio de 2019. Una historia que ancló en el puerto de la separación.
El conductor de Intratables transita por días convulsionados, muy difíciles en el plano personal y emocional. Paparazzi accedió a esta información exclusiva, a partir de indagar en el entorno más íntimo del periodista. Todo comenzó con la observación de un detalle no menor, al poner la lupa en una cuestión muy simbólica.
Hace alrededor de un mes que Doman no lleva puesta su alianza en el programa de América. A partir de esa decisión puntual, este medio comenzó a investigar con el círculo del animador de Intratables y luego de corroborar las fuentes se puede aseverar que Fabián y María Laura ya no son más pareja.
Allegados a Doman confirmaron que los compromisos laborales del periodista atentaron contra la relación.
Tomar la determinación de poner un stop en un vínculo, de más de tres años, implica un análisis, ponderar en la balanza diversas situaciones. A través de los allegados, Paparazzi arribó a algunos de los detonadores para la ruptura.
"TRABAJO Y PANDEMIA", LOS MOTIVOS DEL DIVORCIO DE DOMAN A MARIA LAURA DE LILLO
Uno de los principales motivos que enfrió la pasión del amor se halla en los compromisos laborales de Doman, que trabaja muy temprano en radio La Red (de 6 a 9) y bastante tarde en América (21 a 23). Esa multiplicidad de compromisos lo lleva a recurrir en el descanso en buena parte de la jornada, por lo que se redujo considerablemente el tiempo para dedicarle a la pareja.
A raíz de esta escasa disponibilidad, y las restricciones para movilizarse por la pandemia, Fabián fue menguando sus visitas a su esposa, dado que no viven juntos. ¿Cómo? Claro, la pareja nunca encontró un nido para habitar, dado que ambos tienen hijos y no habían dado el paso de conseguir una propiedad con el espacio suficiente para todos los miembros de una familia ensamblada.
Entonces, con la lejanía de un casa a la otra, el trabajo intenso de Doman y la particularidad de la cuarentena, el tiempo para el matrimonio se redujo a los fines de semana. Eso también produjo una merma en el deseo, en las ganas de compartir momentos y experiencias.
En toda separación surge el interrogante de la aparición de un tercero en discordia. No obstante, los allegados a Fabián le aseguraron a este medio que ninguno de los dos tuvo ese accionar. De hecho, cuentan que el periodista no tiene ni tiempo para fantasear con eso, por sus ocupaciones laborales.
Más allá de la corroboración de la ruptura, todavía no hay muchas definiciones de los próximos pasos. Por el momento, la pareja continúa en contacto diario, conservan un feedback fluido, pero sin el frenesí del amor, sin que las mariposas los estimulen.
¿Qué podría pasar? En lo relacionado con el futuro inmediato, Fabián y María Laura no adquirieron propiedades juntos, ni muchos bienes. Así que la división sería de una resolución sencilla, aunque no es un aspecto que ocupe la mente de Domán en este presente.
En definitiva, ese indicio que dejó expuesto en la pantalla, el de no usar la alianza, culminó por confirmar que el matrimonio había llegado a su final.
