Iván Noble nunca se sintió muy cómodo en el club de los chimentos faranduleros. Y algo que sucedió en Socios del Espectáculo lo confirmó: el cantante les dio una nota, pero a los conductores del ciclo no le gustó "su onda" y ni siquiera la pasaron al aire. Rodrigo Lussich, incluso, lo ajustició: "cuando hables en serio, te llamamos de nuevo".
"Nobleza obliga": el ex líder de Los caballeros de La Quema -y ahora solista- no es un tipo de salir seguido en los ciclos chimenteros. En realidad fue protagonista de "mil historias" de enredos, traiciones y aventuras con distintas mujeres del ambiente, pero jamás fue una voz simpática o accesible para noteros o reporteros de la noche.
Algo así como un Nicolás Cabré pero de la música: un verdadero rompecorazones que siempre prefirió hablar o de sus canciones, de política o de la realidad social pero nunca de su agitada e intensa vida afectiva. Natalia Oreiro y Julieta Ortega -con quien tuvo a su único hijo- son apenas dos de todas las muchachas que cayeron rendidas a sus encantos.
Pero esta vez, Noble quedó "del otro lado del mostrador". No como ese seductor imparable y además infalible del que siempre se dio cuenta en los medios, sino como "el que fue víctima de un engaño": según lo que dijeron en Socios del espectáculo, su novia mantenía una relación paralela con Ricky Diotto cuando el empresario todavía era el marido de Fernanda Callejón.
La ensalada fue tan sorpresiva como escandalosa. De acuerdo a los datos que maneja Karina Iaviccoli, Callejón rompió con Diotto cuando se dio cuenta de la travesura sentimental de su esposo, y las esquirlas alcanzaron a la relación de Noble con Martina, su joven y actual compañera.
El tema arrancó ahí pero "se viralizó" y fue cuestión tratada en todos los programas dedicados a estos temas. Hablaron casi todos los protagonitas, y Socios quiso tener la palabra de Noble, que les dio la nota pero en un tono "bromista". La circunstancia enojó a los conductores. "Teníamos una nota con Iván Noble pero hizo más de gracioso que de respondedor, y decidimos no pasarla. Te la debemos Iván. La próxima la pasamos", infirmó Pallares, y Lussich fue mucho más directo: "¡Cuando quieras hablar en serio, charlamos!", bramó el conductor nacido en Montevideo.
Y sí: lo mandaron con la música a otra parte.
