Dicen que detrás de todo cambio de look, hay un renacer. Y a Julián Serrano podría sentarle a la perfección la teoría. De un tiempo a esta parte, el actor transita una etapa de grandes cambios. Después de varias versiones de crisis y distanciamiento, terminó su relación con Malena Narvay y se enteró de sus declaraciones. “Yo perdoné muchas cosas durante la relación”, confió ella, angustiada.
Por otro lado, como el resto de los cantantes, no puede hacer presentaciones en vivo por la pandemia ni tampoco encarar grandes proyectos profesionales de inmediata concreción.
También tuvo un “entredicho” con una fotógrafa que lo expuso en los medios por no cumplir con un “trato” de agradecimiento en un posteo, al usar imágenes que ella hizo y le pasó.
Y como si fuese poco, su ex compañera de Bailando por un sueño, Sofi Morandi, reconoció que llegó a intimar con él, lo que agudizó los rumores de que, en su momento, le fue infiel a su pareja con la que era su partener de coreografías
Dejó la "fiaca" atrás y primero se sacó la barba. Luego, fue por el cambio en el color de pelo
Con ganas de renovarse, aunque dudó mucho porque le daba fiaca, Julián primero empezó por sacarse la barba. Claro, como no tiene que salir de la casa familiar por trabajo, no le daba ganas de afeitarse hasta que se auto convenció de que sería lo mejor para renovar su piel.
Y para completar el cambio, el cantante mutó su color de cabello. Juli “imitó” un estilo que puso de moda Paulo Londra, su colega y quien será papá, quien supo imponer su estética. Resultado final: Serrano está casi rubio y “chocho” con la nueva imagen que le devuelve el espejo.
Pero claro, en las mismas redes sociales donde forjó su fama y su buena posición económica esta vez lo criticaron, precisamente, por "copiar" al cantante cordobés, quien justamente atraviesa por un período de polémicas con sus productores y otros traperos internacionales.
