Es tan polémico, tan picante y tan firme en la defensa de sus convicciones políticas que alguna vez, hace casi 5 años, Matías Alé enfrentó a Alejandro Fantino y le dijo sin pudor que quería ser "El Brancatelli de Macri". Mejor presentación, imposible: todos saben lo que piensa y quién es Diego Brancatelli.
Sus agudas, filosas y punzantes participaciones en Intratables apoyando cada iniciativa de los gobiernos K y en abierto rechazo a las administraciones de otro color le valieron una fama que no todos podrían llevar con la holgura y la comodidad con las que las transita él. Cada tanto, solo para dar un ejemplo, su apellido es tendencia en las redes sociales. La mayoría de las veces, para criticarlo y acompañado de algún que otro insulto.
La actualidad hiper-archi-mega conocida de Brancatelli contrasta casi por completo con un pasado que sólo vive en el recuerdo de pocas personas y en una serie de fotos a las que Paparazzi tuvo acceso de manera exclusiva.
Joven, apuesto, ya un poco rebelde, el popular periodista jugaba a ser músico, actor y lo que es más llamativo aún: a ser modelo. De alguna forma, ya se imaginaba vinculado a los medios y al mundo de la fama. Estaba claro que sabía en donde quería ganarse las mensualidades.
Para esa época era soltero. Hoy, Brancatelli está casado y tiene dos hermosos hijos con la periodista Cecilia Insigna, quien es una de las movileras con más trayectoria y reconocimiento de Canal 13. La semana pasada, alguien le jugo una broma de muy mal gusto en Twitter, al informar que había fallecido. El no sólo desmintió la noticia, sino que anunció que iría hasta las últimas consecuencias (incluso judiciales) contra los responsables de la cuenta que tiró la info.
Descendiente de italianos, futbolero, apasionado de sus afectos, ahora también dedica tiempo a su función en el municipio de Pilar y al Club Atlético Ituzaingó, donde es un alto dirigente. Por estos días, también en las redes sociales, presentó un proyecto para ampliar el aforo del estadio ubicado al oeste del Gran Buenos Aires.
El popular "Branca", un hombre que nunca pudo ser indiferente a la "grieta" (aunque a él no le guste mucho el término, popularizado a partir de algo que dijo Jorge Lanata) pasa una cuarentena "50 y 50". La apoya con todas sus fuerzas, pero sale de su casa ya que la labor periodística fue considerada "tarea esencial".
Hace unos días, además, fue protagonista indirecto de otro escándalo entre periodistas políticos. Sucedió cuando su tocayo Diego Leuco "celebró" como si fuera un gol cuando un compañero suyo decía que "hay posibilidades de llegar a los 10.000 contagios de coronavirus diarios en las próximas semanas".
Brancatelli le pidió explicaciones públicamente, y Leuco le respondió que en ese mismo momento le estaban avisando por la "cucaracha" que estaban ganando en el rating a todos sus rivales, y que ese fue el motivo de su "controversial celebración". "Obviamente, no te creo" le respondió el panelista de Intratables.
Ese su protagonismo hoy día. Algo que difícilmente imaginara en aquel momento en el que se pensaba dedicado a otros menesteres.
