Ubicada en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, al 1.000 de la calle Paraná, la casona de estilo francés ocupa 1.200 metros cuadrados y fue testigo directo de lo que sucedió en el último siglo en nuestro país. Hace 20 años, Ernestina Pais la convirtió en el restaurante "Milion", un emprendimiento que da trabajo a 33 personas y por el que pasaron todo tipo de celebridades, desde Bono al cantante de Coldplay.
La pandemia de Coronavirus puso en jaque el lujoso bistró de la periodista, al punto de que pensó en el cierre definitivo y por el que le rogó al presidente Alberto Fernández que permitiera, con los protocolos correspondientes, la reapertura del local.
En diálogo con Angel de Brito y el picante panel de LAM, Ernestina habló de la situación que atraviesa su local, y de cómo imagina su futuro. "Algún día vamos a volver, pero en otro mundo" dijo la polémica panelista de Intratables, dando un mensaje esperanzador en cuanto a que el restaurante seguirá funcionando.
"La situación es muy difícil, muy complicada" admitió Ernestina, quien señaló que "nosotros somos un restaurante que trabaja con la gente en el salón, llevar la comida o que la gente la venga a buscar nunca fue nuestro fuerte, así que estamos entre los más perjudicados".
Sin perder jamás la buena onda ni el tono divertido y "bien arriba" que acompaña, en general, sus presentaciones televisivas, Ernestina contó que debieron adecuar el negocio a los tiempos que corren.
"Ahora hacenmos delivery y Take Away que es lo único que nos permiten, pero para un lugar como el nuestro, el delivery es como una aspirina para Charly García", una frase que generó la sonrisa de quienes la entrevistaban.
"Tenemos 33 empleados, imagínense lo que esto. Lo primero que hicimos fue preguntarles a todos quiénes tienen moto, quiénes son de Capital y quiénes de provincia, y darles alguna ocupación a quienes pudimos y dentro de las posibilidades" argumentó Ernes.
"El muchacho que estaba en la puerta, que no era un seguridad sino más bien un anfitrión, como tiene moto es uno de los que nos hace el reparto, por ejemplo", agregó Ernestina mientras iba mostrando el hermoso local por dentro.
"Tenemos todo rediagramado para trabajar con distancia total. Para que se den una idea, en el salón principal entraban 42 clientes, y ahora lo acomodamos de modo que respete las normas de seguridad y caben solo 18 personas", informó la morocha.
"En la barra podríamos poner un acrílico para evitar contactos, y obviamente habría alcohol en gel y desinfectantes por todos lados" resumió Ernestina, quien agradeció la posibilidad de difundir tanto las bondades de la cocina de su restaurante como el espacio para que se escuche su pedido a las autoridades nacionales.
