Sebastián Villa, acusado por una mujer de intento de asesinato, violación y violencia de género – Revista Paparazzi

Sebastián Villa, acusado por una mujer de intento de asesinato, violación y violencia de género

Sebastián Villa acusado de violación
El delantero de Boca enfrenta una gravísima denuncia en su contra. Es la segunda que recibe con el mismo tenor.
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Cuando las aguas que navega Boca parecían serenas y la única tensión que enfrentaba el club era contar las horas que faltan para enfrentar a Racing en un clásico de rompe y raja por las semifinales de la Copa de la Liga Profesional, una nueva denuncia contra el delantero Sebastián Villa revolucionó la tranquilidad que habían recuperado los Xeneizes tras superar el escándalo protagonizado por Toto Salvio en Semana Santa y gracias a la sucesión de buenos resultados que logró el equipo dirigido por Sebastián Battaglia.

Villa, un controvertido atacante nacido en Colombia, vuelve a estar en el ojo de la tormenta al ser denunciado en Lomas de Zamora por una mujer que lo acusa de tres delitos gravísimos: intento de homicidio, violación y violencia de género. Hace unos años, su ex mujer lo responsabilizó por las heridas sangrantes que cubrían su rostro en una serie de fotografías que publicó en sus redes sociales. Desde entonces, lo acompaña la sombra de ser "un golpeador de mujeres", algo que le hacen oír todas las hinchadas rivales cuando a sus equipos les toca enfrentar a los de La ribera.

Según se informó en los primeros minutos del mediodía, una mujer llamada Rosario se presentó en las fiscalías de Lomas de Zamora para radicar su denuncia contra el futbolista, que viene de anotar el primer gol en la victoria de los auriazules contra Defensa y Justicia, el último martes, en el partido por los cuartos de final de la competición local. Además de abrir el camino a la victoria -que finalmente fue 2 a 0- Villa se consolidó útimamente como un jugador clave e insustituible para la formación azul y oro.

La denunciante contó en su declaración que conoció al colombiano en los primeros meses de 2020, poco antes de que fuera declarada la pandemia de coronavirus, y que a partir de entonces comenzaron a verse con una frecuencia importante. “Compartimos distintas clases de situaciones, como pueden ser almuerzos, cenas, saldas, lo que también le permitió conocer a su entorno más íntimo, como lo son los familiares, amigos, y compañeros de su club de futbol”.

Más adelante, relató que “para el día de los hechos que aquí denuncio habría pasado poco más de un año de habernos conocido. Nuestra relación tuvo idas y vueltas como cualquier otra, más aún teniendo en cuenta la profesión de futbolista en el Club Atlético Boca Juniors del señor Villa y su entorno”.

La mujer declaró que cuando discutían Villa se mostraba como “una persona sumamente violenta y agresiva, pero hasta el día del hecho denunciado solo había ejercido sobre mí violencia verbal, por lo regular, adjetivándome con palabras descalificantes. El día del hecho, el 26 de junio de 2021, el señor Villa me pide que lo acompañe a una casa de un barrio cerrado cercano a donde él se encontraba viviendo en la Localidad de Ezeiza, para ser parte de un asado en donde se hallaban varios compañeros del plantel de Boca Juniors”.

Además, describió que “Sebastián había injerido una gran cantidad de alcohol y si bien estaba acostumbrada a verlo en ese estado, empezó a hacerme una escena de celos porque yo habría tenido según él un encuentro con un compañero del plantel. Comenzó a elevarme el tono de su voz y en consecuencia a ponerse más violento de lo habitual, razón por la cual nos retirarnos de la casa en donde se realizó el asado poco después de las 22 horas, aproximadamente”.

"Nos dirigimos a la casa de Villa y allí llegaron varias personas que habían sido invitadas por un amigo del futbolista. Al encontrarnos con tanta gente dejamos de discutir y nos distanciamos. La gente comenzó a retirarse sobre las 23:30 porque Villa debía descansar, finalmente se va el amigo que había convocado a las personas y le pide, antes de irse, “que cuide a Sebastián y que lo convenza de ir a dormir”, agregó.

Más adelante, dijo que “Entonces comenzó la peor situación de mi vida. Me empezó a hablar mal y a maltratar. Tras insultarme, y al verlo en ese estado violento, le advierto que de seguir con dicha actitud me iba a retirar. Frente a dicho planteo, me manifestó que se iba a portar bien y luego por unos minutos se calma y me propone de ir a dormir. Así las cosas, estábamos acostados porque nos íbamos a dormir como una noche habitual, Sebastián había tomado más de una botella de whisky”.

“Él me estaba acariciando en la cara, cuando de repente se pone violento, me aprieta con fuerza la mandíbula y la nuca, me pega una cachetada y me dice ‘¿te gustaron mis compañeros?’. En ese momento me pongo realmente mal y comienzo a llorar y le digo: ‘Pará, Sebastián, ¿qué hacés?’ Entonces frena y yo le digo que me quiero ir, sin saber si esa violencia se iba a agravar por mi intención de huir. Me responde que me calme, que pare con la bobada y que no me enoje, y a partir de ahí creí que se iba a calmar por lo que seguimos acostados”, siguió.

La situación se tornó dramática: “En ese momento, estaba absolutamente aterrorizada, y se me vino a la cabeza los antecedentes de violencia que tenía Sebastián, según los medios de comunicación. Allí, él cruzó un límite que no había cruzado antes, el de levantarme la mano, lo cual para mí ya era motivo categórico de ruptura. Yo sentía entre temor y bronca por el golpe recibido, sin saber cómo actuar, realizando un análisis interno de cual sería el proceder que me evite agravar mi vulnerable posición, teniendo en cuenta que afuera solo se encontraba su seguridad, quien de manera indiscriminada se ocupa de tapar absolutamente todas las acciones de Sebastián, y en quien yo en ese momento no confiaba” confesó Rosario.

Según la denunciante, “Es por ello, que entre lágrimas producto del golpe, él comienza a acariciarme el pelo, me seca las lágrimas y me empieza a besar, pero acto seguido me aprieta devuelta la mandíbula con mucha fuerza -impidiéndome respirar por muchos segundos hasta que logré zafarme de esa situación-, y me muerde de manera violenta los labios. En esos momentos pensé que pretendía matarme. Todas esas prácticas no eran para nada habituales entre nosotros en las prácticas sexuales que manteníamos”.

“A partir de ahí vuelvo a ponerme a llorar y decido irme a pesar del temor que tenía a enfrentarlo, me siento en la cama y comienzo a vestirme, poniéndome la ropa que me había sacado para dormir, por lo que Sebastián al ver que me estaba queriendo ir comienza a decirme‘no se vaya, no se vaya’y se dirige hasta la puerta para cerrarla, no pudiendo recordar en este momento si la puerta tenía traba y/o llave, pero pudiendo reconocer el gesto y el sonido de la puerta trabándose”.

“Después de abusarme, Sebastián salió de la habitación, situación que detallare más adelante, y tenía algunas invitadas. Lo cual me llevo con el tiempo a pensar que su intención de someterme y violarme estuvo absolutamente premeditada, dado que, si el de verdad hubiera querido irse a dormir, el seguridad nunca dejaría entrar a mujeres invitadas, ni pondría la música al volumen que la pusieron para continuar con lo que para ellos en apariencia era un encuentro festivo”, concluyó.

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