El sábado 1 de octubre se entregaron los Premios Martín Fierro a la Radio y muchos fueron testigos de un encuentro muy tenso: el de Ángel de Brito y Susana Roccasalvo, luego del juicio que la conductora perdió con su colega, a quien llevó a la Justicia al ofenderse por un chiste al aire, a pesar de sus disculpas.
El conductor de LAM se acercó a la mesa donde estaba Roccasalvo y la escena quedó filmada desde distintos ángulos. Y mientras recapitulaban todos los pormenores de ese reencuentro en el programa de América, Yanina Latorre y Nazarena Vélez recordaron las manías más insólitas de la conductora.
Es que los cruces de la cara de Implacables con sus compañeras de panel, al parecer, son moneda corriente, al igual que los cruces. La señora es desconfiada y lo deja ver: así le pasó a Nancy Pazos, a la luz de lo que le escribió a Ángel luego de la ceremonia de APTRA.
“Me dijo que yo cuando fui a trabajar con vos, hablé mal de ella y posta que siempre me cosí la boca. Antes de eso habíamos hablando bien”, releyó De Brito el mensaje que le había mandado la periodista, dando lugar a las angelitas a hurgar en el pasado negro de la Roccasalvo, signado de quejas y de situaciones extrañas dentro de sus equipos.
“Yo trabajé con ella; le molestaban las piernas, la ropa… Pedían que no nos poncharan. Ella cronometraba la cantidad de veces que su cara salía al aire”, aseguró Yanina, al relatar lo que vivió cuando compartía panel con Amalia Granata y Susana estaba al frente de un programa.
“Hablábamos nosotras en off y la ponchaban a ella. Mis piernas le molestaban; ella pidió expresamente que me hagan planos cortos”, agregó Latorre, que indicó que cuando Carlos Monti dejó el ciclo, ella decidió irse.
“A Roccasalvo le molestaba mi labial cuando trabajaba con ella”, agregó Nazarena sobre los extraños pedidos de la conductora quien, dijeron, tampoco quiere que sus cronistas aparezcan hablando en las notas del programa de El Nueve.
